Leopoldo López

Venezuela, una nación secuestrada. De Alberto Ruiz-Gallardón

JAVIER OLIVARES

En la madrugada de ayer, después de saltar las alarmas al saber que agentes del Sebin -la Stasi bolivariana- habían irrumpido violentamente en los domicilios de Leopoldo López y de Antonio Ledezma para ingresarlos en la prisión militar de Ramo Verde, llamé a los padres de Leopoldo. Él, en Madrid; ella, en Caracas. Ambos destrozados y, a la vez fuertes, valientes, determinados a seguir hasta el final con la lucha por la liberación de su hijo, de todos los presos políticos venezolanos y de su país. Y, una vez más, los dos me dijeron lo mismo: ¡Denúncialo! Que el mundo sepa el horror que la dictadura de Maduro ha impuesto en Venezuela.

Estas líneas son eso, un grito angustiado por la liberación -además de Leopoldo, Antonio y de todos los presos políticos- de una nación secuestrada por una dictadura terrible que reúne dos características insólitas. La primera, la tibieza de buena parte de la comunidad internacional, a la que parece incomodarle llamar a las cosas por su nombre, enfrentarse a la dictadura chavista con la misma contundencia con que lo hicieron antaño con las dictaduras de derechas que hubo en Hispanoamérica. Les cuesta anteponer la libertad de los venezolanos a los intereses económicos de sus países o de sus empresas.

el mundoY, con inmenso dolor, incluyo en mi queja por la equidistancia entre víctimas y verdugos al Vaticano. La Iglesia católica tiene una autoridad ética y moral en Venezuela como ninguna otra institución. Los obispos venezolanos han identificado desde el principio el dolor de su pueblo y han sido héroes frente al tirano. Pero Roma ha abordado el tema como si de una disputa sobre límites territoriales se tratara. La responsabilidad es mayor cuanta más capacidad de resolución se tiene. Fue del formidable código ético cristiano de quien aprendimos que es tan grave la falta por comisión como por omisión.

La segunda aberración de la dictadura venezolana es que tiene, además de la tibieza internacional, un apoyo explícito en España de un partido con ambición de poder: Podemos. Si algún partido en una democracia europea hubiese apoyado en su momento las dictaduras de Videla en Argentina o de Ceausescu en Rumania estoy convencido de que habría sido inmediata y rotundamente abandonado por sus votantes. No sé si los dirigentes de Podemos son libres para condenar la dictadura venezolana sin que les pongan sobre la mesa sus relaciones pretéritas. Pero sí estoy convencido de que, hasta el español más indignado, hasta aquellos que han creído la falacia de que la democracia parlamentaria es el problema y no la solución, no está dispuesto a permutar nuestra libertad y nuestra prosperidad por la miseria y el tenebrismo que ha impuesto el régimen apoyado por Podemos. Alguien en esa casa debería analizarlo. Si los españoles identifican que el modelo para España de Podemos es Venezuela, el desafecto electoral será dramático para ellos.

Por contra, el discurso del resto de los representantes políticos españoles -exceptuados los radicales- ha sido rotundo. El Partido Popular, el PSOE, Ciudadanos, han sido enérgicos en la denuncia de la deriva dictatorial de Maduro. El presidente Rajoy ha llevado a la Unión Europea la condena de la dictadura y su vergonzoso fraude electoral a través de la convocatoria de una inconstitucional y antidemocrática Asamblea Constituyente. Y se debe dar una condena similar desde Naciones Unidas.

Mención aparte merece el papel jugado por los presidentes González y Aznar. Cuando se cumplieron tres años del encarcelamiento de Leopoldo López, sus abogados les pedimos a ambos que comparecieran juntos para pedir su libertad. Lo hicieron con un profundo compromiso democrático. Por encima de todas las diferencias políticas lanzaron un mensaje único. Libertad para Venezuela. La vieja política hace emerger valores democráticos que deben ser modelo para las nuevas generaciones.

Ayer fue emocionante escuchar la conversación de Felipe González con la hija de Antonio Ledezma en Antena 3. Ella llorando. Él -identificando a todos los demócratas de España y de América- trasladando fuerza, enorme afecto y confianza en la victoria de la libertad.

Del presidente Zapatero quiero decir algo, mirando hacia delante y no hacia atrás. Por el papel que ha jugado es, en este momento, la persona cuya intervención, rotunda y definitiva, en favor de la libertad de Leopoldo, de Antonio, y de todos los presos políticos, más puede ayudar a desenmascarar la mentira de la dictadura. No es una deshonra haber sido engañado. Al contrario. Fue su confianza, que otros no tuvimos, en la disposición del régimen a una solución dialogada la que le permite ahora -y quizá le obligue- a denunciar la profunda corrupción moral de los dictadores venezolanos.

Desde un análisis jurídico, lo que el régimen bolivariano ha intentado es la institucionalización de la dictadura. A día de hoy es formalmente una democracia aunque de facto sea exactamente lo contrario. Desde que la oposición ganó las elecciones, el régimen militar anuló su capacidad legislativa utilizando a un instrumental Poder Judicial corrompido por el chavismo. Las instituciones que han intentado mantener su independencia han sido sistemáticamente atacadas. El fiscal que acusó a Leopoldo López está arrepentido y huido del país. La Fiscal General amenazada y, sin duda, próximamente destituida.

Lo que el régimen pretende ahora es dar cobertura legal a su dictadura mediante el fraude de la llamada Asamblea Constituyente para cuya convocatoria, incumpliendo lo establecido en la Constitución aprobada bajo el mandato de Chávez, no se ha convocado el referéndum previsto en la Carta Magna usurpando así el presidente Maduro la soberanía nacional al pueblo venezolano.

Con el encarcelamiento de Leopoldo López y de Antonio Ledezma no sólo se ha vuelto a privar de libertad a dos ciudadanos por el solo hecho de pensar distinto que el poder dominante, de alzar su voz en contra de un régimen opresor. Con su detención, se les ha secuestrado a ellos y con ellos a toda una nación. A la República hermana de Venezuela.

La reacción internacional debe ser rotunda y sin vacilaciones. No basta con condenar unas detenciones arbitrarias e ilegales. Es la dictadura quien debe ser excluida del espacio de las naciones libres y democráticas. Y con sanciones a sus dirigentes, no a los ciudadanos que antes que responsables son víctimas de los ocupantes del poder.

No. No puede ser esto una noticia que mañana o pasado mañana quede escorada por la siempre vertiginosa actualidad. Ya no hay excusas. No es sólo por solidaridad. Es por nuestra propia dignidad. Quien mañana calle -sea Gobierno, partido político o ciudadano- será cómplice no sólo de lo que les pasa a los venezolanos hoy; también de lo que nos ocurra a los demócratas en el futuro.

«Cuando los nazis vinieron a buscar a los otros… guardé silencio, porque yo no lo era. Cuando finalmente vinieron a por mí, no había nadie al que le importara ni que quisiera hacer nada por mí».

 

Leopoldo López: No podemos ser presa del miedo para desafiar a la dictadura

El líder de Voluntad Popular cumple tres años preso en la cárcel de Ramo Verde, donde vive en carne propia la descomposición de la justicia que padecen miles de venezolanos.

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Leopoldo López en el momento que en medio de una manfestación se presentó a la Guardia Nacional Bolivariana para que ejecuta su orden de captura. 18 de febrero 2014

el nacional19 febrero 2017 / EL NACIONAL

La restricción del derecho a la información que ha implantado el gobierno traspasa lo masivo. Ya no es solo censurar al emisor, CNN en Español y NTN 24, por citar apenas dos ejemplos. La censura está en el ámbito de lo personal, en el individuo. De eso puede dar fe Leopoldo López, que ha visto vulnerados todos sus derechos humanos y a quien en la cárcel de Ramo Verde, cuando le dan acceso a la prensa, muchas veces le llega el periódico recortado.

Esa censura también tuvo otra expresión. López no pudo contestar completo el cuestionario de 11 preguntas de El Nacional. Apenas dio respuesta a 5 de las interrogantes. Las otras se quedaron en el camino.

López cumple tres años preso en esa cárcel militar, aislado, y su cable a tierra, además de la visita de familiares y abogados, es la lectura de la prensa.

—¿Está de acuerdo con la reestructuración que se hizo de la MUD?

—Luego del robo del revocatorio por parte de la dictadura envíe una carta a la Unidad Democrática donde proponía que antes de que finalizara 2016 se diera un debate amplio y se aprobará una ruta de acción unitaria para la defensa de la soberanía, el voto popular y la reconquista de la democracia. El proceso que debe atravesar la MUD debe trascender al de una simple reestructuración. No se trata solo de revisar estructuras, procesos, funciones y personas. El objetivo central de la revisión debe ser ampliar el horizonte de la Unidad. Por eso propuse que debía pasarse de la Mesa de la Unidad Democrática al Movimiento de Unidad Democrática. A la Unidad de partidos debe unirse con una sola estrategia y propósito distintos representantes de la sociedad. La MUD fue una alianza de partidos que mostró un gran éxito ante coyunturas electorales y hoy nos guste o no, entramos en una fase distinta, en una fase de resistencia. Hoy ha sido cerrada la vía electoral por parte de la dictadura y para estos tiempos se requiere replantear la lucha y se requiere una unidad más amplia, no por incapacidad de los partidos, sino porque la responsabilidad de luchar contra la opresión es de toda la sociedad, no solo de los partidos políticos. También he insistido que una vez ampliada la Unidad hacia un gran Movimiento de Unidad Nacional debe discutirse una visión clara de hacia dónde vamos y asumir los riesgos para llegar allí. El cambio es urgente y debe ser nuestro único compromiso y agenda. Nuestra actitud ante esta dictadura violadora de los derechos humanos tiene que ser de permanente irreverencia, debemos desafiarla y promover un cambio profundo, un cambio democrático. La desesperanza vendrá si, dadas las circunstancias que vivimos, asumimos una timidez paralizante que impida que la oposición en su conjunto sea de manera creíble una opción de cambio. Ni mucho menos podemos ser presa de un miedo paralizante al momento de tomar decisiones que impliquen riesgos, que desafíen la dictadura y nos permitan avanzar en la lucha. Ese temor y la administración del terror por parte del régimen han sido elementos fundamentales de su permanencia en el poder. Si no logramos derrotar ese miedo, no se tendrá la capacidad de concebir y liderar un proceso de cambio.

—¿Cómo mantiene la conexión con los problemas de la gente si lo tienen tan aislado?

—Hace tres años dijimos claramente que había que cambiar a un régimen ineficiente, corrupto, antidemocrático y cuyos altos jerarcas estaban presuntamente ligados al narcotráfico. Por tener esa convicción fue que hicimos un llamado a los venezolanos a conquistar un cambio pacífico democrático y constitucional, que nos costó nuestra libertad. Estábamos preocupados por la situación del país y, más allá, seguros de que esa situación se agravaría a tal extremo que el colapso de este modelo equivocado haría pagar a nuestro pueblo la factura de su fracaso. Hoy esos problemas que denunciamos para nadie es un secreto que han profundizado y esa factura hoy la pagamos todos, menos la élite gobernante más corrupta e ineficiente de nuestra historia, la cual ha saqueado y robado las riquezas de los venezolanos. Cuando puedo tener acceso a la prensa, tengo el hábito de leerla absolutamente toda, aunque a veces me llega con noticias ya recortadas; es decir, censuradas. La prensa escrita tiene varias lecturas y es por eso que cuando puedo me gusta leer más de un periódico. La primera lectura es la noticia en sí misma, luego la línea editorial de cada periódico según la importancia que le dan a cada noticia y, comparando unos con otros, las omisiones o censura de algunas noticias. Luego está la lectura de las opiniones y de las caricaturas que logran captar en una imagen la noticia, llevada a una expresión artística. Leo la prensa casi completa, desde deportes, farándula, fotos, sucesos, internacionales. Asimismo, en ocasiones puede escuchar radio. Pero además de la prensa mis familiares y abogados me mantienen disciplinadamente informado de toda la situación política, social y económica del país. Aunque no pueden presentarme nada en físico, ellos siempre traen información que yo solicito.

—¿Pensaba que iba a durar tanto tiempo preso?

—Con mucha sinceridad te digo que al momento de tomar la decisión de presentarme y dar la cara no me fijé plazos. No podía hacerlo. Al alzar nuestra voz para desnudar a un régimen que además de corrupto e ineficiente se había convertido en una dictadura y convencido de que había que reaccionar, que había que despertar conciencias y que debíamos iniciar una lucha por un cambio, sabía que esto podía llevarnos un mes, dos meses, un año, dos, o tres. Si alguna destreza psicológica puede desarrollarse en la cárcel es la capacidad de estar en paz contigo mismo y a reconocer la mayor fuerza que debemos dominar para mantener la estabilidad emocional: el tiempo. El tiempo es un enemigo inagotable. Días convertidos en semanas, semanas en meses y meses convertidos en años. Al tiempo lo dominamos o nos domina. Por eso no me he fijado plazos, sé que voy a salir en libertad a luchar a brazo partido por la libertad y la democracia en Venezuela, Por sacar a tanta gente buena del ciclo perverso de la pobreza donde la ha encerrado el régimen de Maduro, y eso basta. Sé que voy a salir en libertad, no tengo dudas de eso y que cuando lo haga estaré más fuerte de alma, mente y cuerpo. Estar en esta situación también me ha llevado a adquirir nuevos compromisos y responsabilidades. Mandela dijo una y otra vez que no hay mejor defensor de los derechos humanos que aquellos a quienes les han violado sus propios derechos. Estar preso me ha acercado en carne propia a la descomposición de la justicia venezolana que padecen miles de venezolanos. La manipulación, el retraso procesal, la corrupción de jueces, la manipulación política de jueces y fiscales en su condición de provisorios que los hace dependientes, vulnerables, servidores de un sistema y no de la justicia son para mí mucho más que cifras y diagnósticos, representan una vivencia que me obliga a tener una responsabilidad moral y patriota para cambiarlo.

—¿Que mensaje le daría usted a sus carceleros?

—Mis carceleros van desde Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, pasando por la juez y los fiscales, hasta los custodios. En el fondo, soy víctima al igual que millones de venezolanos de un sistema corrupto e injusto. Ahora bien, en cuanto a los carceleros de Ramo Verde sé que no todos los funcionarios actúan de mala fe y que muchos son obligados a actuar por una frase nefasta y oscura que se repite en todas las instituciones: “Por órdenes superiores”. Aunque evidentemente esto no justifica ni los exime de sus responsabilidades, en mi corazón y mi alma los considero más que victimarios, víctimas de ese sistema. He tenido largas conversaciones con los funcionarios responsables de mi custodia, con comandos del Sebin, DGCIM; y cuando estuve en juicio, con los alguaciles del Palacio de Justicia. De todos recojo una frustración sobre la situación del país y con el nivel de complicidad del alto Gobierno con la delincuencia y otras actividades ilegales. Eso es una verdad a voces. Todos tienen historias de familiares o compañeros de trabajo que han sido víctimas del hampa. Durante el juicio y aquí en Ramo Verde he sido víctima de muchos abusos y cada uno de ellos es una nueva razón para afianzar el compromiso, nuestro compromiso con la justicia para Venezuela. No hay reforma más importante de las que nos toca hacer, que las del sistema de justicia venezolana. Hoy la justicia se vende al mejor postor y es utilizada al antojo por quienes están en el poder. Los jueces son simples marionetas del poder. Están allí para satisfacer las demandas de la injusticia y, mientras tanto, usan los casos para enriquecerse, para quitarle lo que no tienen a quienes nada tienen, para hacerse ricos con el dolor y sufrimiento de las víctimas y dejan como afectados directos a sus familiares. No hay razón para esto, es indignante ver la justicia enterrada debajo de toneladas de corrupción. Eso nos tiene que afianzar el compromiso con un cambio profundo para todos los venezolanos porque hoy nadie se escapa de la injusticia. Solo la élite corrupta es inmune a esta manipulación.

—¿Está dispuesto al perdón?

—Absolutamente. Sé que cuando salga estaré más fuerte de alma y mente y que saldré fortalecido y sin rencores; el odio y el resentimiento son las reacciones propias de quienes han llevado a nuestro país a esta crisis humana tan severa, y han intentado hacernos, física y espiritualmente, más pobres e infelices. Desde el poder se ha alentado a los venezolanos a tratarnos como enemigos por el solo hecho de pensar distinto. Eso ha destruido nuestra convivencia. Eso no puede continuar y mucho menos estimulado desde las funciones de gobierno. Recientemente pude escribir un artículo donde justo hablé sobre la reconciliación una vez superada esta coyuntura y recuperada la democracia y la libertad. Allí expuse claramente que el chance de recuperarnos como país es prácticamente nulo mientras estemos enfrentados a nosotros mismos. Aquellos que tenemos un rol de liderazgo afrontamos dos grandes responsabilidades. La primera, con las víctimas de la represión, las violaciones de los derechos humanos y la discriminación política. Con los familiares de quienes fueron asesinados, con los encarcelados, perseguidos o maltratados por el poder y por los grupos que actuaron bajo su sombra con la complicidad de un sistema de poderes secuestrados y una “justicia injusta”. Debemos alcanzar garantías para las víctimas y a sus familiares. Asegurarnos de que se harán todos los esfuerzos para descubrir la verdad y hacer justicia. Esto debemos hacerlo con una prudencia que nos permita entender que muchos de los que nos parecen cómplices del sistema han sido, en realidad, sus víctimas y que aquellos que ocuparon las posiciones más altas de poder deben rendir sus cuentas ante la sociedad, seguros de la existencia de un marco legal justo. Quiero vivir con mi familia y mis afectos en una sociedad sin afán de venganza, pero sí de seguridad y de justicia. Mi voluntad de reconciliación y entendimiento la he reiterado mil veces. Eso no implica que me identifiquen como quien cambia impunidad por paz. Aquellos quienes hayan violado derechos humanos deben ser responsabilizados y recibir, luego de un juicio con todas las garantías, su justo castigo por tales crímenes. La segunda responsabilidad que tenemos quienes asumen un rol de liderazgo es con la democracia y su futuro: debemos inaugurar una nueva etapa de convivencia democrática, con instituciones sólidas, que impida un retorno al autoritarismo. Es clara la necesidad de sentar las bases de un nuevo contrato social. Aceptar la pluralidad que nos define y que asegure la estabilidad democrática, el respeto a las minorías, la alternabilidad del poder, la que garantice a cada quien su vocación emprendedora y productiva y cumplir lo que señala nuestra Constitución: la subordinación del poder militar al poder civil.  Vamos a ratificar la voluntad de vivir en libertad viendo hacia el mañana, hacia el futuro, comprometidos con la paz, el progreso y el bienestar que otras naciones y pueblos ya han alcanzado.

González y Aznar piden la excarcelación de los presos políticos: «Venezuela es una dictadura»

Los expresidentes han pedido la liberación de Leopoldo López, de cuyo encarcelamiento se cumplen tres años.

 El padre de Leopoldo López, junto a José María Aznar, Ana Botella, Albert Rivera, Felipe González, Alberto Ruiz-Gallardón, entre otros. POOL

El padre de Leopoldo López, junto a José María Aznar, Ana Botella, Albert Rivera, Felipe González, Alberto Ruiz-Gallardón, entre otros. POOL

Daniel Ramírez, 16 febrero 2017 / El Español

el español«¡Tengo vaho en la cámara!», ha chillado un periodista justo antes de empezar. La sala de reuniones del despacho de abogados Cremades & Calvo Sotelo ha absorbido casi un centenar de personas con motivo del homenaje a Leopoldo López, líder de la oposición en Venezuela, de cuyo encarcelamiento se cumplen tres años este sábado. El motivo de los sudores, los empujones y la gente subida a las sillas: la comparecencia conjunta de José María Aznar y Felipe González.

«Antes del discurso del padre de Leopoldo haremos una foto de familia», ha dicho el organizador del acto. ¿Familia? Entonces, las risas de los dos expresidentes –aunque no cruzadas–, que han posado juntos. «En Venezuela ha desaparecido la democracia. Es una dictadura tiránica y represiva. Maduro pisotea las libertades», han coincidido.

En un alegato compartido, González y Aznar han cerrado filas en torno a la Organización de Estados Americanos (OEA): “Hay que apoyarles para que pueda aplicarse en Venezuela la Carta Democrática”. Este mecanismo podría culminar con la suspensión del Gobierno de Maduro y la convocatoria de unas nuevas elecciones presidenciales.

El apoyo de Trump

El público, en una mesa hexagonal justo al lado de la improvisada tribuna al fondo de la sala, reunía exministros, exalcaldes y distintas personalidades del mundo del espectáculo: Javier Solana, Alberto Ruiz-Gallardón (abogado de Leopoldo López), Ana Botella, Albert Rivera, Bertín Osborne, Cayetana Álvarez de Toledo… Presentes PP, PSOE y Ciudadanos, faltaba Podemos. Iglesias, un día antes, dijo sobre la participación de González y Aznar: «Echan más leña al fuego».

El homenaje a Leopoldo López llega justo después de que Donald Trump también pidiera su excarcelación tras mantener una reunión con la esposa del político venezolano, Lilían Tintori.

González: «Todas las pruebas son falsas»

«Todas las pruebas son falsas, forzadas», ha empezado González en relación a la «instigación a la violencia pública» que refiere Maduro para mantener en la cárcel a López. «En Venezuela ha desaparecido la democracia. Es un país destruido. El parlamento no tiene capacidad de control. No hay reglas», ha continuado. En un discurso que ha durado alrededor de veinte minutos, ha bromeado sobre el nombramiento del actual vicepresidente de Maduro: «Para conocerle lean cualquier novela de delincuentes».

Implicado desde hace más de un año con el caso de López, González, que viajó a Venezuela para intentar estar presente en uno de los juicios, ha relatado algunos datos que ilustran la desolación venezolana: “Más de 30.000 personas murieron fruto de la violencia en el último año. Hay más de 100 presos de conciencia”. González ha lamentado que el diálogo que finge Maduro “sólo sirva para humillar a la oposición”. “¡Con presos políticos no hay democracia!”, ha exclamado para terminar.

José María Aznar, pegado a González, ha sido el siguiente en intervenir. El despacho ofrecía banquetas a los redactores, atrapados por una muralla de cámaras. Una fortaleza que casi le cuesta una caída a Ana Botella cuando intentaba atravesarla.

«Venezuela es una dictadura represiva»

«Hoy unimos nuestra voz y la levantamos con fuerza para pedir la liberación de los presos políticos venezolanos», ha introducido Aznar. «Venezuela es una dictadura represiva. Las libertades son pisoteadas y las personas encarceladas injustamente».

Aznar, amigo de la familia López, ha insistido en apoyar a Almagro, secretario de la OEA, para garantizar la aplicación de la Carta Democrática. «Tenemos que presionar internacionalmente». Leopoldo López: «De verdad, gracias».

El padre de Leopoldo López, del mismo nombre, ha cerrado el acto entre lágrimas. Ha intervenido justo después de proyectarse un vídeo que recorre la trayectoria de su hijo y lo muestra en prisión, clamando por la libertad de Venezuela. «Sé que mi voz no es la que quieren oír, pero hoy representa la de todos los presos políticos venezolanos», ha expresado.

«Muchas gracias a estos dos expresidentes, grandes dirigentes, y también amigos», ha dicho con la vista puesta en González y Aznar, a los que ha abrazado repetidas veces. «Los presos políticos están en la cárcel esperando una justicia que saben que no llegará», ha criticado.

Sobre Maduro, ha aseverado: «Asaltan el erario público, son el mayor veneno de la sociedad moderna, hacen daño al mundo. El pueblo venezolano no disfruta siquiera de los bienes cotidianos».

El padre del mayor opositor a Maduro, de cuyo encarcelamiento se cumplen tres años este sábado, ha dicho no encontrar palabras en el diccionario para expresar su agradecimiento a España: «De verdad, muchas gracias». Se ha despedido, otra vez, con lágrimas en los ojos.

Carta a la Unidad Democrática. De Leopoldo López

Desde la cárcel militar de Ramo Verde, donde cumple 1000 días de preso político, Leopoldo López hace un llamado a toda la oposición democática de Venezuela para recobrar la unidad.

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Leopoldo López, 12 diciembre 2016 / DIARIO DE LEOPOLDO LOPEZ

Luego del secuestro del referendo revocatorio mediante una gavilla institucional liderada por Nicolás Maduro, que representó la suspensión indefinida del derecho al voto popular violando el sagrado articulo 5 de la Constitución y del incumplimiento del régimen en la mesa de diálogo, la mayoría de los partidos de la Unidad y amplísimos sectores del país democrático, hemos propuesto la necesidad de retomar el rumbo y reorganizar y ampliar la Unidad con el propósito de lograr el objetivo que nos une: lograr el cambio político, salir de la crisis y conquistar la democracia mediante el ejercicio de la soberanía y el voto popular. Hermanos, desde acá les digo, miremos hacia adelante. El error no fue el diálogo, al cual como demócratas siempre hemos estado abiertos; fue hacerlo sin condiciones. Fue llevarlo a cabo abandonando la agenda con la cual nos comprometimos con nuestro pueblo. Fue llevarlo adelante abandonando la movilización popular. Es momento de responsabilidad. El 90% de los venezolanos clama por un cambio y ese debe ser nuestro único foco.

Teniendo este objetivo como prioridad, de manera humilde, propongo a los venezolanos la siguiente ruta de acción política:

1.- Asumir el deber de todos de colaborar con el restablecimiento de la vigencia Constitucional (Art. 333)

2.- Retomar el juicio político, debatir y aprobar el abandono del cargo de Nicolás Maduro por incumplimiento de la Constitución (Art. 233). No tengamos dudas, la Asamblea Nacional tiene toda la legitimidad otorgada por voto popular para hacer el juicio político a Maduro y declarar su abandono del cargo. Nuestro pueblo confió no una simple mayoría, confió los 2/3 de su composición a la oposición, en un claro mandato de cambio político. Hay que ejercer esa mayoría, tomar decisiones y convocar a nuestro pueblo a respaldarlas y hacerlas respetar en las calles.

3.- Designar desde la Asamblea Nacional a los rectores del CNE con cargos vencidos (Art. 296)

4.- Una vez constituido un CNE legítimo y democrático, convocar referéndum popular (Art. 71) para refrendar o rechazar la decisión de la Asamblea Nacional.

5.- Amparado en el Art. 70 convocar asambleas de ciudadanos para debatir Plan de Emergencia Nacional a ser sometido también al referéndum popular.

6.- La fecha para la consulta para el referéndum popular deberá ser la más conveniente y la más unitaria.

7.- Amparado en el Art. 68 organizar manifestaciones pacíficas en defensa de la soberanía del voto popular.

8.- Sobre la organización de la MUD, debemos ampliar el horizonte de la Unidad, proponemos que pasemos de la mesa de la unidad al movimiento de unidad democrática. Le propongo a la Unidad que antes que finalice el 2016 se de un debate amplio y se apruebe una ruta de acción unitaria para la defensa de la soberanía y el voto popular.

El cambio es urgente y debe ser nuestro único compromiso y agenda. Por último desde donde me encuentro quiero compartir una inquietud. Sería un error y se debe tener cuidado con plantear las elecciones regionales como la gran promesa de cambio para los venezolanos. A las elecciones regionales debemos ir, si. Debemos ganar, si, pero esa no puede ser la prioridad de la agenda de cambio. Las prioridad es cambiar un sistema. A quienes aspiran legítimamente les digo: solo cambiando el sistema dictatorial, los gobernadores y alcaldes podrán cumplirle a nuestro pueblo de forma cabal.

Mi llamado es a retomar la agenda con la cual nos comprometimos, ejecutarla con estricta disciplina y más unidos que nunca. En estos momentos les digo con el corazón, llénense de fuerza, de fe, de optimismo, estrategia y disciplina. Tenemos la obligación política y moral de conducir a nuestro pueblo hacia el cambio que tanto aspira.

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Leopoldo López
Preso de Conciencia
Cárcel Militar de Ramo Verde

Carta abierta a Leopoldo López. De Albert Rivera

«Millones de españoles estamos con Leopoldo López.»

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, y la esposa del opositor venezolano Leopoldo López, Lilian Tintori, momentos antes de presentar en el Congreso de los Diputados el Proyecto de Ley de Amnistía para este país, el pasado miércoles. Sergio BarrenecheaEFE

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, y la esposa del opositor venezolano Leopoldo López, Lilian Tintori, momentos antes de presentar en el Congreso de los Diputados el Proyecto de Ley de Amnistía para este país, el pasado miércoles. Sergio BarrenecheaEFE

Albert Rivera, 20 marzo 2016 / EL MUNDO

el mundoLamentablemente no tenemos el placer de conocernos personalmente. Pero conocí a tu padre hace unos meses y hoy [por el miércoles] he conocido a tu mujer, Lilian. Aunque lo que te voy a decir pueda parecer contradictorio, eres afortunado: aunque estés preso por defender tus ideales tienes la suerte de tener una familia valiente a tu lado y a millones de venezolanos junto a ti.

Pero también quiero que sepas que millones de españoles estamos contigo. En España estamos muy atentos a lo que pasa en tu país. En primer lugar porque queremos que el pueblo venezolano recupere las libertades y la democracia; y en segundo lugar, para que en España no cometamos los mismos errores que se han cometido en Venezuela, y el populismo no deteriore aún más nuestro sistema democrático.

Por eso, el Grupo Parlamentario de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados ha presentado una Proposición no de Ley para que España se comprometa con la libertad en Venezuela y apoyemos una Ley de Amnistía que permita a demócratas como tú salir de la cárcel para que podáis defender una nueva etapa política para vuestra nación.

Estoy convencido de que, más pronto que tarde, podremos conocernos personalmente y colaborar para que los lazos entre españoles y venezolanos sean aún más fuertes. Te envío toda mi energía y aliento para que, a pesar de las dificultades puedas seguir persiguiendo tu sueños, que es el de millones de ciudadanos: una Venezuela justa, libre y democrática.

Habiendo tenido la suerte de conocer a tu familia y conociendo tu trayectoria, estoy convencido de que compartes el sentido de esta conocida frase de un ex presidente de mi país, Manuel Azaña, quien dijo una vez que «la libertad no hace ni más ni menos felices a los hombres. Los hace sencillamente hombres».

Nos veremos pronto, un fuerte abrazo.

Entrevista exclusiva a Leopoldo López: ‘Rompamos las cadenas de este sistema inmoral’

El símbolo de la resistencia al chavismo habla desde la cárcel de Ramo Verde

Guía práctica para entender las históricas elecciones de Venezuela

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Leopoldo López, tras las rejas de su celda en prisión. EL MUNDO

ROCÍO GALVÁN, 6 diciembre 2015 / EL MUNDO

EL MUNDO ha logrado colarse entre los barrotes de la celda de máxima seguridad del preso político más famoso de Venezuela. Condenado a pasar los próximos 14 años en la cárcel de Ramo Verde tras un juicio «injusto», todo apunta a que Leopoldo López no podrá acudir hoy a votar en las históricaselecciones que decidirán el futuro de Venezuela.

Aislado en un habitáculo de 2×2 sin apenas luz desde hace 1 año y 10 meses, se ha convertido en el símbolo de la resistencia al Gobierno de Maduro. El que muchos llaman ya el ‘Mandela de Latinoamérica’ concede esta entrevista exclusiva para hacer llegar su voz a sus votantes y al resto del mundo que clama por su liberación.

El líder de Voluntad Popular es el rostro y el artífice de un cambio que puede acabar con la hegemonía de 17 años de régimen chavista. «El pueblo que anhela un cambio se sabe mayoría, y vamos a demostrarlo en las urnas este domingo. Todos los venezolanos tenemos que salir a votar masivamente. Y luego, más importante aún, tenemos que defender esos votos. Pacíficamente, con coraje, firmeza y organización. No vacilemos en defender la voluntad popular«, asegura el líder opositor desde su celda de la prisión militar de Ramo Verde.

El acceso a López está muy restringido. Sólo sus familiares y su abogado pueden visitarle. Todos los que entran en su celda sufren exhaustivos registros. Su hermana Diana ha sido el ‘correo’ que hizo llegar al opositor las preguntas de esta entrevista el pasado viernes. La ‘operación informativa’ se frustró muchas veces por temor a represalias. Desde mayo de 2015, cuando López comenzó la huelga de hambre que duró 30 días, las condiciones de su reclusión se recrudecieron aún más. A pesar de ello la libertad de expresión se ha abierto camino.

Castigado por la Justicia venezolana por los delitos de instigación a la violencia y asociación para delinquir por convocar una marcha pacífica el 12 de febrero de 2014, López sabe que obtener la mayoría en la Asamblea Nacional, en manos chavistas desde hace 17 años, es crucial para impulsar el cambio político.

«El mensaje de cambio expresado en la votación del 6-D debe convertirse en mandato popular para el liderazgo político. Si los venezolanos mayoritariamente piden cambio le tocará al liderazgo definir una ruta pacífica, constitucional y oportuna para lograrlo«, explica.

Al ser preguntado sobre las primeras reformas que pondrá en marcha la oposición si llega al poder, asegura que promoverán «las alternativas que contempla la Constitución: la renuncia del presidente, el referendo revocatorio, la enmienda constitucional o la convocatoria a una Asamblea Constituyente. Una vez definida la ruta constitucional para el cambio, será necesario trabajar en paralelo y de forma simultánea en dos terrenos: en el institucional mediante la Asamblea Nacional y en el político social en torno a la construcción de un gran acuerdo nacional alrededor de los temas más importantes«.

Además, la alianza opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) anunció a finales de noviembre que de ganar las elecciones promoverá como primera medida una ‘Ley de Amnistía y Reconciliación’ para liberar a 74 presos políticos. Entre ellos, además de López, están Daniel Ceballos, ex alcalde de San Cristóbal, y Antonio Ledezma, ex alcalde de Caracas.

Para el ex alcalde de Chacao es crucial acabar con la división que ha sesgado en dos bloques la sociedad venezolana. «Es necesario que el país se reconcilie después de tantos años de polarización promovida por este Gobierno autoritario y represor. Los venezolanos debemos reconocernos y convivir en una sola nación. Como decía el presidente Rómulo Betancourt: ‘Este país de todos tenemos que hacerlo todos'».

La condena ha impedido a López presentarse a las elecciones, pero eso no ha hecho más que acrecentar su liderazgo desde que se entregó voluntariamente a la Guardia Nacional el 18 de febrero de 2014.

No en vano, es el líder mejor valorado por los venezolanos. Algo que le convierte en un ‘peligro’ para el chavismo. Incluso su propia sentencia condenatoria reconoce su «carisma».

¿Teme Leopoldo López por su vida en caso de que la oposición gane las elecciones? «Temo por mi vida desde que estoy preso en Ramo Verde, he sido sometido a 21 requisas violentas, en muchos casos por funcionarios encapuchados con armas largas», admite.

Pero su integridad física no es lo único que le quita el sueño. El asesinato del dirigente de Acción Democrática Luis Manuel Díaz en pleno mitin electoral junto a su mujer, Lilian Tintori, en Altagracia de Orituco, desató las alarmas sobre el estallido de una ola de violencia.

«Temo por la vida de mi esposa Lilian, quien valientemente emprendió una campaña por la libertad de los presos políticos y fue víctima de atentados. Temo por la vida de los líderes políticos y activistas, quienes por llevar su voz democrática por diversos rincones del país son perseguidos y amedrentados. Temo por la vida de millones de venezolanos que viven acosados por el hampa y la inseguridad promovida por el propio Gobierno», denuncia.

Sobre cuál ha sido el peor momento de su cautiverio, Leopoldo López no duda: «Lo más doloroso ha sido la separación de mi familia, especialmente no poder compartir con Lilian la cotidianidad de ver crecer a nuestros hijos».

Otro de los momentos más difíciles de su calvario ha sido la impotencia que sintió al ser víctima del sistema judicial venezolano, al «constatar en carne propia las frustraciones y vejaciones que viven miles de venezolanos cuando enfrentan una justicia injusta, donde el Estado ha corrompido a jueces y fiscales para perseguir con fines políticos a todo el que disienta: desde estudiantes, periodistas, empresarios o defensores de derechos humanos hasta activistas y políticos». «El Estado ha convertido el sistema judicial en una máquina perversa de opresión, algo visto únicamente en los regímenes totalitarios del siglo XX», denuncia.

«Fui condenado a 13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas por la juez Susana Barreiros en un juicio injusto plagado de vicios procesales entre los cuales están las pruebas falsas, tal como denunció el fiscal Franklin Nieves», explica el líder opositor. Sin embargo, celebra como una victoria que «estas violaciones contra los Derechos Humanos de miles de ciudadanos encarcelados arbitrariamente han sido denunciadas en todos los organismos internacionales».

Antes de la cita con las urnas de este domingo, Leopoldo López quiere transmitir un mensaje a los venezolanos: «Con el triunfo del 6 de diciembre comenzará el cambio democrático. Habremos debilitado esta dictadura con una nueva Asamblea Nacional. Y desde allí se impulsará el cambio político de quienes hoy usurpan el poder de la república. Porque esta Asamblea Nacional no sólo tiene la responsabilidad de dictar las leyes democráticas, sino que tiene una responsabilidad histórica: impulsar el cambio político que anhelan todos los venezolanos».

Algo a lo que «los diputados de la Unidad están comprometidos. Y tienen el apoyo de un pueblo determinado a conquistar la democracia y liberar a Venezuela«.

¿Y qué es liberar a Venezuela para el líder de Voluntad Popular? «Cambiar el modelo. Romper las cadenas del sistema inmoral que hoy nos oprime y construir las bases de un modelo inclusivo que nos garantice paz, bienestar y progreso».

A pesar de su juventud, 44 años, la determinación del ex alcalde de Chacao es inquebrantable. Los que le conocen aseguran que su compromiso con Venezuela está por encima de cualquier cosa. Lo demuestra la manera en que pidió matrimonio a Lilian Tintori. «Quiero preguntarte una cosa, pero antes de contestarme a la segunda pregunta tienes que contestar a la primera: ‘¿Quieres casarte con Venezuela?, ¿quieres casarte conmigo?’«. La respuesta a estas dos preguntas ya la conocen.

Leopoldo López publica su sentencia en las redes sociales

No hay una sola prueba que individualice la responsabilidad del opositor venezolano en los delitos que lo condenan.

Juan Carlos Gutiérrez, abogado defensor de López. / M. GUTIERREZ (EFE)

Juan Carlos Gutiérrez, abogado defensor de López. / M. GUTIERREZ (EFE)

Alfredo Meza, 14 octubre 2015 / EL PAIS

Las leyes venezolanas obligan a los jueces a publicar las sentencias de los juicios nueve días hábiles después del anuncio de la pena o la absolución de los imputados. En el caso del opositor Leopoldo López, sentenciado a 13 años y nueve meses de prisión a principios de septiembre, el documento se conoce ahora gracias a la iniciativa del propio preso. Este martes, en su cuenta de Twitter, el líder venezolano publicó un enlace al documento de 282 páginas que sustenta la decisión tomada por la abogada Susana Barreiros, titular del Tribunal 28 de Juicio de Caracas.

Los padres de López, Antonieta y Leopoldo, estuvieron entre las personas que escucharon el veredicto, pero ni ellos ni sus abogados recibieron una notificación formal de la publicación de la sentencia. Según ellos, solo escucharon la resolución durante unos 20 minutos. Así lo explicaron a EL PAÍS en una visita reciente a Madrid, mientras denunciaban irregularidades en todo el proceso: «La ley dice que a partir de los nueve días laborables debe hacerse pública, pero los cierres del Tribunal han postergado su publicación. La esperamos, porque solo así podemos apelar… La sentencia fue la lectura literal de la acusación de la Fiscalía. Ella no hizo el trabajo que tenía que hacer: escuchar a las partes y decidir. Leyó la acusación como si no hubiera habido juicio».

El velo de misterio tendido sobre este caso sigue siendo la norma. Los periodistas tenían prohibida la entrada a las vistas e incluso al Palacio de Justicia, donde se desarrolló el juicio y apenas se han enterado del veredicto. En el fundamento de la sentencia no hay una sola prueba que individualice la responsabilidad de López en los delitos que lo condenan: instigación pública en grado de determinador, daños, agavillamiento e incendio. La juez se ha limitado a convalidar los elementos presentados por la Fiscalía, que mantiene la tesis de que hay una relación entre las arengas de López previas al 12 de febrero de 2014 y los disturbios ocurridos ese día en el centro de Caracas, que terminaron con destrozos en el edificio principal de la Fiscalía General de la República, en una plaza vecina —Parque Carabobo— y en siete vehículos —el balance final de las manifestaciones en las siguientes semanas fue de 43 muertos—. Solo se consideraron las pruebas incorporadas en el debate. A la defensa jamás le permitieron presentar a sus testigos ni promover pruebas.

La juez Barreiros concluye que los sentenciados Damián Martín, Ángel González y Christian Holdack, que también fueron condenados en el mismo proceso, actuaron instigados por López, quien «con un discurso violento a través de medios de comunicación convencionales y alternativos» tenía el propósito de «hacer desaparecer la tranquilidad pública al llamar a un grupo de personas a que desconocieran las leyes y a las autoridades legítimas».

Apelaciones

La defensa y familiares de Leopoldo López encaran a partir de ahora la posibilidad de presentar recursos. Primero ante la Corte de Apelación y luego ante el Tribunal Supremo, en cuanto a las instancias nacionales.

«Todo esto sin ser nada optimista, porque durante el año y medio de juicio se intentaron varias apelaciones y no fueron concedidas. Y ninguna de las sentencias internacionales que se consiguieron a favor de Leopoldo, como de Naciones Unidas, que se pronunció a favor de su libertad, y que deberían ser de carácter obligatorio puesto que Venezuela es un firmante de los tratados de las Naciones Unidas y miembro del Consejo de Seguridad, fue respetada. Vemos con angustia que internacionalmente no hay fuerza para imponer lo que es una obligación», sostiene el padre del preso.

Aún en prisión, voy a luchar por una Venezuela libre. De Leopoldo López

Leopoldo López, 25 sept. 2015 / THE NEW YORK TIMES

 Credit Irene Rinaldi

Credit Irene Rinaldi

CÁRCEL DE RAMO VERDE, Venezuela — El 12 de febrero de 2014, la élite represora e inepta que gobierna Venezuela ordenó mi arresto acusándome de instigación pública, incendio intencional, asociación delictuosa, daños a la propiedad pública y otros delitos. A finales de esa semana, luego de dos visitas inesperadas del presidente de la Asamblea Nacional a mi casa, me sugirieron que buscara refugio en una embajada extranjera.

En lugar de aceptar la sugerencia, decidí entregarme el día 18 de febrero de 2014 y enfrentar el juicio que había planeado el régimen. Tomé esta decisión con plena consciencia de los riesgos que estaba enfrentando y las posibles consecuencias de un juicio con fines políticos y un poder judicial comprometido. Así que, el 10 de septiembre de 2015, cuando la Jueza Susana Barreiros (mero títere de estos gobernantes que buscan defender su riqueza y privilegios) me sentenció a más de 13 años de prisión, no me arrepentí de la decisión que había tomado. Estaba convencido de lo absurda que era la acusación de que yo había usado “mensajes subliminales”, en mis discursos pacíficos, con el fin de incitar a la violencia durante las protestas de febrero de 2014.

Ahora me encuentro en aislamiento solitario en una celda de 2 m x 3 m en la que sólo hay una cama individual, un baño y una repisa pequeña para mis pocos cambios de ropa. Tengo prohibido escribir cualquier tipo de material y el único libro que tengo permitido es la Biblia. Ni siquiera tengo una luz o vela para cuando oscurece afuera. Aunque ha sido difícil para mi familia, ellos entienden que las grandes causas requieren grandes sacrificios.

Estoy convencido de la justicia de nuestra causa: liberar a la gente de las consecuencias dolorosas de un sistema de gobierno que ha fallado económica, social y políticamente. Nuestra economía es la de peor desempeño en la región: se prevé que el Producto Interno Bruto caerá 7 por ciento en 2015 y sufrimos la inflación más alta en el mundo. Esta inflación ha llevado a una escasez devastadora de la cesta básica y ha destruido la producción nacional, incluida la industria petrolera. La desesperación creada por estas condiciones, junto con las amplias fallas en la impartición de justicia, han hecho que nuestro país sea uno de los más violentos en el mundo, con casi 25.000 asesinatos sólo en 2014.

Y por si fuera poco, hemos perdido nuestra democracia. El gobierno acosa a quienes piensan diferente y utiliza la represión para mantenerse en el poder. La sentencia en mi contra tiene la intención de mandar un mensaje a todos los venezolanos que luchan por tener un país mejor: salvo que desistan y cedan ante el régimen, ellos serán los siguientes. Nuestro gobierno quiere aplastar nuestras aspiraciones y hacernos creer que esta lucha no tiene esperanza. Quieren que nos rindamos. Pero rendirnos no es una opción, porque el que se cansa, pierde.

Estamos trabajando para una Venezuela en la que los derechos sean garantizados para todos, incluso el derecho a vivir dignamente. Queremos cambios regulares en el poder a través de elecciones libres y justas, de forma que todos los venezolanos podamos coexistir respetuosamente, sin importar nuestras ideologías.

Para la economía, queremos un modelo que permita que todos nos beneficiemos del crecimiento, en especial quienes tienen menos. Queremos impulsar a la industria local y la inversión privada para incrementar la producción y crear empleos. Queremos incrementar la producción petrolera y utilizar los ingresos para diversificar nuestra economía, y no para comprar votos. Y queremos proporcionar la educación de alta calidad necesaria para que prosperen todos los venezolanos.

Nuestros planes son ambiciosos, pero tienen el apoyo de millones de personas. Para que Venezuela avance, primero debemos cambiar el sistema y quitar democráticamente al partido corrupto que nos gobierna. Las elecciones parlamentarias fijadas para el 6 de diciembre nos dan esta oportunidad. Sin embargo, para tener éxito en las urnas, debemos estar unidos. Ya se ha formado una alianza opositora, la Mesa de la Unidad Democrática, pero queremos expandir esta unidad a todos los miembros de la sociedad que desean el cambio.

No podemos hacerlo solos. Agradezco sinceramente a todos aquellos que nos han apoyado en todo el mundo. Ese apoyo nos da fe, pero estos esfuerzos no deben terminar hoy. Necesitamos a la comunidad internacional para que haga presión a fin de que se respeten nuestros derechos democráticos, llamando la atención sobre los abusos directos del gobierno venezolano, condenando la represión y promoviendo la solidaridad en materia de derechos humanos en la región. Necesitamos que la Organización de las Naciones Unidas incluya estos asuntos en la agenda del Alto Comisionado para los Derechos Humanos. Y queremos que la Organización de los Estados Americanos aplique su Carta Democrática Interamericana para discutir nuestra situación desesperada.

Se debe presionar al gobierno para que permita que haya observadores electorales de la O.E.A. y la Unión Europea en las elecciones de diciembre, lo cual no ha ocurrido desde 2006. Se requiere de su independencia e imparcialidad ahora más que nunca con el fin de garantizar que nuestra oportunidad de cambio no se vea comprometida.

Por último, el gobierno de Venezuela debe dejar de descalificar sin fundamentos a los líderes de oposición en las próximas elecciones. Entre los inhabilitados para ocupar cargos públicos se encuentran los exgobernadores estatales Manuel Rosales y Pablo Pérez, los líderes de oposición María Corina Machado y Carlos Vecchio, y el autor de estas líneas. El régimen también debería liberar a los 76 presos políticos, incluyendo quienes se encuentran en arresto domiciliario, como el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, y el alcalde de San Cristóbal, destituido ilegalmente, Daniel Ceballos.

Una elección no puede ser libre ni justa cuando aquellos que piensan distinto tienen prohibido postularse o se encuentran tras las rejas.