Aida Betancourt Simán

“No descarto buscar una diputación independiente”: Aida Betancourt Simán

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Redacción, 5 julio 2017 / MEDIO LLENO

Luego que ARENA la dejara fuera de su planilla de candidatos a diputados, Aida Betancourt Simán, pre candidata a diputada suplente de Juan Valiente, habló en exclusiva con MEDIOLLENO y esto fue lo que nos dijo.

¿Por qué como joven querés incursionar en la política?

Screen Shot 2017-07-09 at 10.56.21 PMTengo casi 10 años de estar participando en temas de sociedad civil, de estar involucrada activamente. Empecé con MEDIOLLENO, de hecho, siempre ha sido esa mi conexión por cómo me lancé y decidí aprovechar el amor que tenía por la política y el que tengo por el país, y el interés que siempre he tenido de trabajar por construir un mejor El Salvador.

He estado trabajando en iniciativas de sociedad civil, escribiendo blogs, escribiendo columnas, pero afuera de las redes en liderar, organizar o coordinar esfuerzos ya más tangibles como por ejemplo movimientos y campañas que empezaron desde el 743 en defensa de la institucionalidad y de la institucionalidad de la Sala de lo Constitucional ante los atropellos de la Asamblea Legislativa, o por ejemplo movilizarnos contra las reformas que querían hacer en la Ley del Acceso a la Información Pública, o liderando la campaña 9M para liderar a los jóvenes a salir a votar en las segundas rondas de las elecciones presidenciales.

Además, de participar en varias iniciativas como Global Shapers, mi participación de CREO, dando charlas de empoderamiento a jóvenes para que participen en iniciativas civiles o en partidos políticos. Entonces, vi ese lado, me mantuve en ese lado, me mantuve súper empoderada, pero siempre estuve consciente de la necesidad de fortalecer los partidos políticos porque son los vehículos principales de representación, pero además, ante la desconexión de los partidos que tenemos ante la ciudadanía, y en particular de nuestra generación, creía y creo que es necesario fortalecerlos, modernizarlos, renovarlos.

Me habían hecho ya varias ofertas para entrar en política partidaria, específicamente el partido ARENA, pero nunca me había sentido cómoda para dar el paso; sin embargo, específicamente por los esfuerzos liderados por Johnny Wright y Juan Valiente, sentí que ARENA estaba siendo genuino en renovación y democratización, y dije aquí hay una oportunidad, y realmente si les están dando el “chance” a esos diputados de hacer estas acciones, de liderar estas iniciativas, de ser tan críticos dentro de su propio partido, que era algo que no habíamos visto antes, dije ese es el vehículo.

Cuando Juan (Valiente) me hizo la invitación, lo vi como una oportunidad que probablemente no se iba a volver a presentar y me dije esta es una oportunidad como diputada suplente de aprender de política partidaria de alguien que yo respeto muchísimo profesionalmente y en quien confío personalmente, porque sé que las intenciones que lo tienen ahí no son intereses personales, sino un compromiso genuino, y creo que la ciudadanía se da cuenta de ese compromiso que está muy por allá de mantener un puesto en la Asamblea; sino, que está dispuesto a ir en contra de su propia fracción, contra los dirigentes de su propio partido por hacer las cosas que él cree son las correctas.

Entonces, dije esta es la oportunidad perfecta, y no fue una decisión fácil (porque) yo sabía, es más, yo recibí invitaciones del Director del COENA, Mauricio Interiano, en repetidas ocasiones anteriormente de sumarme e incorporarme al partido. Él me hizo llamado para atraer un sector de la juventud crítico como somos nosotros y por eso nos hemos caracterizado, y creí que esa era la oportunidad ideal, a pesar que sabía que iban a haber muchas críticas de adentro del partido y de afuera del partido. Y eso fue lo que me llevó a tomar esta decisión y ahora pues los ánimos no están para nada bajos, simplemente veo esto como una oportunidad de buscar otros espacios para seguir trabajando como lo he hecho en los últimos años.

¿Y si no fuera ARENA que fuera?

Estoy viendo las candidaturas independientes, a lo mejor eso sea una posibilidad. Creo que hay diferentes mecanismos, uno a través de sociedad civil como lo he estado haciendo antes. He visto como desde el 2012, organizaciones civiles se están organizando más, están siendo mucho más activas, más vocal, más fiscalizadora y creo que eso es súper importante que esos espacios se mantengan.

Pero, también no participaría en otro partido de los que existen ahorita, por lo cual considero que las candidaturas independientes son un vehículo súper válido y que ante las reacciones de la ciudadanía de lo que acaba de suceder con el COENA, pero además de lo que pasó con la expulsión y la renuncia de la JRN anterior y lo que habíamos visto en los resultados de encuestas, de la UCA, por ejemplo, que te hablan de la intención de voto que está a 40% o que ves en las tasas de participación de las elecciones presidenciales que bajaron a tasas que nunca habían bajado antes, creo que eso es suficientemente una señal válida y súper significativa que la ciudadanía ya no cree, ni se moviliza por los partidos políticos tradicionales y que están buscando otras alternativas, entonces creo que es súper válido pensar en las candidaturas independientes. Explorar cuáles son los requisitos y la viabilidad de este recurso.

¿Serías suplente o buscarías una diputación?

No lo he definido todavía porque no he investigado lo suficiente, pero no descarto buscar una diputación propietaria como candidata independiente.

¿Volverías a competir en las elecciones internas del COENA?

Por ahora no, no estoy interesada en volverlo a intentar en ARENA. Y quiero mandar este mensaje, la gente ha criticado la postura de Johnny y Juan, y lo califican de un capricho, y piensan que la denuncia y el retiro de su candidatura a la diputación se trata porque no asignaron a Gaby Trigueros como suplente de Johnny y porque a mí ni me incluyeron en la lista; y ese no es el tema, el tema es denunciar un proceso irregular, una situación donde no fui evaluada en igualdad de condiciones, donde no se me dio la oportunidad de demostrar mi compromiso e interés en participar como se le dio a otros candidatos.

Entonces, para mí eso me deja súper desanimada en intentarlo en ARENA en un futuro porque si esto hubiera sido el resultado de un proceso, donde siento que se me dio la oportunidad y se me evaluó en igualdad de condiciones, por supuesto que yo una de las cosas por las que más he militado es la institucionalidad, por la meritocracia y el respeto de las reglas y las cumplo. Y si hubiera sido el resultado de un proceso regular, pues no tendría ningún problema, pero siento que no se me trató así.

¿Tú sabías de los requisitos a tener para poder ser considerada como candidata?

Yo por supuesto que estudié el reglamento, los estatutos, los principios y objetivos de ARENA antes de presentar mi candidatura. Los requisitos eran varios, tomar un curso de formación que está establecido en el reglamento; no tener conflicto con el Tribunal de Ética Gubernamental, entre otros; todo esto en el artículo 55 del Reglamento. Además, de eso yo tenía que firmar que me suscribo a los estatutos del partido, que comparto sus principios y objetivos, que voy a respetar la plataforma legislativa de ARENA, todo esto estoy muy consciente, lo acepté y lo firmé.

A mí, hasta ahora (ayer) se me notificó oficialmente que se excluyó del proceso. Antes, yo me enteré por redes sociales de la lista, me enteré por rumores y porque le comunicaron a Juan (Valiente) y a Johnny (Wright) que no estaba ahí. Y me enteré por Twitter por las acusaciones de ciertos integrantes del partido y por los diputados de cuáles eran las justificaciones de mi exclusión.

Se referían a uno, que no tomé el curso de formación. Ese curso de formación, como explicó Juan en la conferencia de prensa de ayer, consultamos al presidente de ideología, Rolando Alvarenga, que estando yo fuera del país por temas de estudios universitarios cómo podía hacer para ir a tomar el curso y que si era necesario yo iba a llegar al país por dos días para tomar ese curso. Él dijo que no era necesario y que podía tomar ese curso al yo regresar al país. Y luego dicen que no lo tomé, y que eso me inhabilitó.

Dos, los tres años de militancia y efectivamente yo no tengo tres años, me afilié este año; pero, el Sector Empresarial de ARENA, me emitió una certificación que viene de adentro del partido, en ella hace constar que yo he estado cercana al sector, a los integrantes y a los principios que el partido defiende desde mis iniciativas y movimientos de sociedad civil. Y he estado en sintonía con las posiciones de ARENA en estos temas y que por eso, ellos me apoyan o me respaldan. Nos habían dicho que esta carta era suficiente y aparentemente en el caso de otros diputados que no tenían tres años de militancia, les valieron otros documentos e, incluso, en algunos casos les habían aceptado fotos de cuando habían cuidado urnas y eso era suficiente para cumplir el requisito de tres años de militancia.

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Y, por último, el tema de la entrevista que dijeron que no la tomé. Desde el principio, sabían que estaba fuera del país porque escribí una carta a Claudia de Ávila, que es la directora de afiliación, y además asigné a Juan Valiente como mi representante para el proceso, porque se puede asignar a un representante para el proceso. Entonces, si el estar fuera del país era un impedimento, no entiendo por qué dejaban que uno asignara un representante. Recibieron los documentos de parte de Juan, me inscribieron dentro del proceso y en la hoja de inscripción están mis datos de contacto, incluyendo mi dirección de correo electrónico, donde pudieron fácilmente haberme escrito para coordinar la entrevista. Nunca lo hicieron. Nunca me contactaron, entonces yo tomo eso como una completa falta de interés y esfuerzo en darme la oportunidad de demostrar mi compromiso e interés, y las decisiones que yo iba a tomar en caso que yo fuera considerada en caso que yo fuera considerada para una candidatura.

Entonces, por eso siento que no ha sido un proceso justo y por eso estoy descontenta, y he denunciado el proceso y no los resultados.

¿Cómo los jóvenes podemos confiar en que los partidos políticos son transparentes y que esta situación no se repetirá?

Yo conozco de otros casos, a parte del caso mío y Gaby que han sido por Juan y Johnny, y que por eso ha tenido más exposición mediática, sino que otros casos donde las fórmulas no fueron respetadas. Y eso en el art 60, que se presentan fórmulas de aspirantes a diputados propietarios y suplentes, y gente que tiene años de formación y años de militancia en el partido, que tienen grados de formación académica y preparación que no las han tomado en cuenta en el proceso o que rompieron sus fórmulas, y que los han asignado a diputados que no tienen la misma exposición mediática, que son considerados de relleno, para hacerles la mala jugada.

Hubo otros jóvenes que presentaron su renuncia, supongo que la harán pública en su momento. Yo entiendo que el proceso de elección interna del partido, obviamente todos los procesos son perceptibles, pero creo que las autoridades deben cuidarse muchísimo y estar conscientes que esto puede pasarles factura en las elecciones del 2018. Y entender que la ciudadanía está cansada de ver las mismas caras y aunque sean caras nuevas, ver las mismas ideas, porque la renovación no se trata que metan el 50% de mujeres o que bajen el promedio de edad, sino que haya apertura, una renovación de discurso y un cambio de actitudes.

Entonces, creo que los dirigentes deben de darse cuenta que fue un proceso que tuvo muchas irregularidades y que tienen que redoblar los esfuerzos en materia de transparencia para lograr ganar la credibilidad necesaria para las elecciones del 2018.

¿Y cómo ves las posibles elecciones internas para la presidencia?

Vemos que viene un proceso para los precandidatos presidenciales y que esa va a ser otra prueba de fuego para el partido. Para demostrar que la democracia interna es una apuesta real y que los participantes realmente van a ser considerados en igualdad de condiciones. Creo que es súper pronto y va a ser un gran desgaste que empiecen a hablar de precandidaturas presidenciales, pero ya que esto también va a estar sujeto a la democracia interna, que a lo mejor puedan reivindicarse en ese proceso de los errores que cometieron en ese.

¿Ves la posibilidad de la formación de un partido nuevo?

Yo creo que este es un momento crucial. Nunca había sentido tanta efervescencia y demanda de la ciudadanía por algo nuevo, por una alternativa diferente, por algo fresco que realmente se desmarque de las estructuras que existen y las prácticas que hemos condenado por tanto tiempo. No sé realmente, como dijeron Johnny y Juan, ellos no han decidido cuál va a ser su futuro político, pero creo que si hay la oportunidad y el espacio de crear movimientos nuevos y no hay que dejar pasar esta oportunidad.

¿Qué estamos esperando? De Betancourt Simán

Las claves de las manifestaciones en Guatemala y Honduras han sido su persistencia y su unión en la diversidad.

pie_de_paginaAida Betancourt Simán, 16 junio / EL FARO

stuve en Guatemala y Honduras en las últimas semanas y, a pesar de que no pude participar en las manifestaciones multitudinarias que exigen un cese a la corrupción, sentí la efervescencia de ciudadanos que están hartos de las mañas de sus élites políticas y que ya no están dispuestos a solo quejarse en voz baja.

En ambos países, tuve una profunda envidia de su compromiso cívico, de su sentido de responsabilidad, de su valor de exigir transparencia a la clase política. Pensé que su ejemplo iba a ser el detonante para que, nosotros también, despertáramos y nos uniéramos a lo que bien podría ser una primavera centroamericana. Pero ante este silencio real (indignación, de la virtual, tenemos), debemos mirarnos como nación y preguntarnos, ¿qué estamos esperando para salir a las calles y expresar pacíficamente el descontento ciudadano?

La sociedad civil que empezó a manifestarse en 2011 con el decreto 743 y ha vuelto a aparecer varias veces en defensa de la institucionalidad, particularmente en casos de ataques contra la Sala de lo Constitucional, todavía está pendiente y activa, pero la “chispa” para que toda la sociedad salvadoreña se organice alrededor de un tema que nos indigne y nos movilice a todos (más que unos días) no ha llegado.

Podría ser que aquí estamos bien y que no necesitamos protestar. Que sabemos que los problemas que aquejan a los salvadoreños son complejos, pero vemos a un gobierno trabajando incansablemente, de forma transparente, para solucionarlos. Que confiamos en la honradez de nuestros funcionarios públicos, comprometidos a trabajar por el país y sin buscar sus intereses mezquinos. Pero no. Ninguna de esos escenarios puede explicar nuestra pasividad.

Veamos entonces las motivaciones de los ciudadanos que están marchando en Guatemala y Honduras. Las manifestaciones de nuestros países vecinos tienen algo en común: son un grito unido de indignación ante la corrupción imperante en la élite política. “Era el colmo de la sinverguenzada, nos han querido ver la cara de idiotas”, me dijeron.

Corrupción de esa tenemos también aquí. Entre el nepotismo de los funcionarios de elección popular, los reciclados asesores legislativos (antes secretos, hoy públicos, siempre excesivamente remunerados), las inversiones de nuestros diputados (en bienes raíces y en colegas) son, desde hace mucho tiempo, indignantes y descaradas. Pero tras un par de días de indignación y un par de columnas de opinión, volvemos a amanecer en el paisito, maldiciendo a ladrones y a corruptos, y seguimos en la burbuja.

 ¿Violencia, entonces? Nos sobra. El Triángulo Norte es la subregión más violenta del mundo, y no importa si El Salvador es o no el más violento; las historias de extorsiones, violaciones, desapariciones y horribles asesinatos deberían ser suficiente para espantarnos, para gritar de hastío, para rabiar de impotencia, para exigir respuestas, soluciones y humanidad ante la deshumanización de nuestra sociedad. Todo esto aunque el Presidente y su gabinete nos digan que es culpa de los medios, que es culpa de la Sala, que es culpa de todos menos de ellos, cuando la culpa es de todos. Pero volvemos a amanecer en el paisito, maldiciendo a criminales y asesinos, y seguimos en la burbuja.

Las claves de las manifestaciones en Guatemala y Honduras han sido su persistencia y su unión en la diversidad. En Guatemala, dio inicio con jóvenes estudiantes que convocaron por redes sociales a una marcha para pedir la renuncia de la vicepresidente por su involucramiento en una red de corrupción, que se han repetido con éxito semana tras semana y han seguido sumando a personas de distintos perfiles, edades, ocupaciones y, sobre todo, opiniones políticas. En Honduras también, la “Marcha de las Antorchas” unió a miles de ciudadanos que protestaron por la corrupción en el financiamiento de campañas electorales con uso de fondos públicos, y se ha vuelto a repetir con igual convocatoria.

La ciudadanía está consciente y demostrándole a los partidos políticos que estas reivindicaciones no tienen color ni bandera, que el rechazo a la corrupción y la condena a los abusos de poder no dependen de ideologías; en Guatemala, por ejemplo, entonan el himno nacional: se trata de rescatar el país. Pero a esta conciencia se ha sumado una más importante, una que yace en las víctimas reales de esta corrupción: la corrupción afecta a los más vulnerables pues se traduce en peores servicios de salud y más desabastecimiento de medicamentos, menos infraestructura y formación en escuelas públicas, más nepotismo y menos igualdad de oportunidades.

Tenemos que unir y fortalecer todos los esfuerzos que antes se hicieron para defender el Estado de Derecho y la transparencia, que nos dieron éxitos como la muerte del decreto 743 o el veto a las reformas a la Ley de Acceso a la Información Pública.

Tenemos que asumir la responsabilidad y el reto de tomar el liderazgo de las reivindicaciones políticas y sociales de la ciudadanía para cambiar la forma en que nuestra clase política ha hecho las cosas hasta hoy.

Tenemos que llevar esta indignación a las calles para ejercer presión real y canalizarla a través de propuestas que garanticen que nuestros funcionarios no sigan hundiendo, rompiendo y robando el país a su antojo.

Despertemos, El Salvador. Nos sobran las razones