Gumercindo Ventura, 10 abril 2016 / LPG-SéptimoSentido
Entre los servicios de Mossack Fonseca estaba el crear empresas “off-shore” en Panamá para sus clientes, país mal llamado “paraíso fiscal” ya que salió de la lista de paraísos fiscales de la OCDE en 2011. ¿Qué es una empresa off-shore? Una empresa legalmente establecida en un país distinto al país en el que opera, en ocasiones con el fin de disminuir el pago de impuestos o por motivos de protección o confidencialidad de los clientes.
Estas empresas, por su naturaleza, se pueden prestar a negocios fraudulentos. Por ejemplo, un dictador puede escoger mover todo su capital a una empresa “off-shore” por temor a ser derrocado para luego poder escapar y tener de donde vivir. Narcotraficantes pueden usar este tipo de empresas para lavar dinero generado de extorsiones, drogas y otros negocios ilícitos. Empresarios pueden hacer fraude fiscal. Pero no necesariamente todos los socios o dueños de una empresa “off-shore” son criminales.
Para poner un ejemplo: una empresa hipotética, Buses de Centroamérica S. A. opera en todos los países de Centroamérica. Venden boletos para viajar y por ello genera ingresos. Pagan el IVA, impuesto sobre la renta y demás impuestos exigidos por ley. Por ser una empresa multinacional todas las utilidades, después de impuestos en sus países, deben ir a parar a una casa matriz, o “holding”, para repartir dividendos a sus accionistas. ¿Dónde se establece esta casa matriz? Usualmente en un país, en una empresa “off-shore”, donde evitan una cascada de tributación y así no pagar impuestos varias veces sobre el mismo origen. Escoger el país fiscalmente más caro sería simplemente irracional.
Esta es una forma legítima, legal y normal en la que puede operar una empresa “off-shore”. ¿Es antiético o inmoral? Ese es otro punto muy válido que discutir con todo y sus repercusiones económicas. Pero en cuanto al ámbito estrictamente legal no podemos pasar la misma brocha sobre todos los clientes de la firma asumiendo ilícitos sin pruebas. Es por esto que sería muy irresponsable sugerir en notas y titulares de medios que todos los clientes de Mossack Fonseca son evasores de impuestos o criminales cuando se imprimen a la par de nombres de presuntos narcotraficantes.
Si bien se ha abierto una ventana de información hay trabajo por hacer para todos. La labor periodística pasa no por el mero hecho de difundir los documentos o por querer crear morbo y exponer nombres de empresarios. La labor periodística pasa por investigar la forma de operar fraudulentamente de criminales, quienes se aprovechan de herramientas del mercado para ocultar el origen de sus actividades fuera del marco de ley en impunidad.
Las autoridades competentes locales tienen la oportunidad y el imperativo de investigar indicios de fraude fiscal y verificar que las actividades de funcionarios y exfuncionarios involucrados se vean reflejadas en sus declaraciones patrimoniales. Finalmente, la ciudadanía tiene la oportunidad de juzgar a los medios digitales e impresos en su profesionalidad: ¿Quiénes están presentando y replicando trabajos responsables e investigativos de indicios de ilícitos y quienes nos están queriendo vender morbo?