Carlos Calleja

Vamos a transitar de un enfoque de represión a uno para construir paz social. De Carlos Calleja

Carlos Calleja presentó el 8 de noviembre su propuesta de cómo construir Seguridad Ciudadana. Se desmarcó tanto de las políticas tradicionales de Mano Dura de los gobiernos de ARENA, como de la guerra declarada contra las pandillas del gobierno del FMLN.
Publicamos este discurso, porque este tema merece un debate. Estamos pendientes de las propuestas de los otros candidatos presidenciales, para publicarlas de la misma manera.


Segunda Vuelta

14 noviembre 2018 / SEGUNDA VUELTA
Nota: El texto que publicamos es la versión autorizada del discurso que la campaña de Calleja proporcionó previamente a los medios. No es una transcripción del discurso. Las ilustraciones provienen de un side show que acompaño el discurso.

Es hora de hablar del tema más importante para todos los salvadoreños – y del que nadie ha querido hablar:

¿Cómo terminar con la pesadilla de violencia y delincuencia, que tiene a los salvadoreños postrados y abatidos, especialmente en los asentamientos precarios urbanos, suburbanos y rurales?

¿Cómo lograr que la gente viva segura en sus vecindarios?

¿Cómo devolver a los niños y jóvenes la felicidad de jugar en las calles y la posibilidad de estudiar?

¿Cómo asegurar a los pequeños comerciantes, a los que quieren comenzar un negocio, a los empresarios del transporte público, a las señoras humildes que se sacrifican todos los días para dar de comer a sus hijos, que nadie les quite el fruto de su trabajo, que nadie los extorsione ni amenace?

Esta es una realidad que no podemos obviar quienes pretendemos gobernar el país. No solo la tenemos que conocer, la tenemos que sentir.

Conozco los estragos de la violencia: expulsa de sus hogares a los más humildes y roba la alegría y el futuro a los más pequeños.

En mis visitas a los barrios de las ciudades y al interior del país, la gente me ha contado todas las formas en las que la violencia destruye sus vidas, su frustración por la inoperancia y ausencia de las autoridades, y el agotamiento de su esperanza.

La delincuencia también ha afectado a las empresas de todos los tamaños y a toda la economía del país. 7 de cada 10 micro y pequeñas empresas se sienten amenazadas por su entorno y 4 de cada 10 son víctimas de algún delito.

Miles de pequeñas y medianas empresas han cerrado, miles de emprendedores no se han atrevido a comenzar sus negocios, y casi todos los empresarios pagan por dispositivos y servicios de seguridad privada, lo que ha elevado sus costos y ha disminuido su competitividad.

Cada empresa cerrada, cada emprendimiento desalentado, cada inversión extranjera que no ha llegado al país por la inseguridad, se ha traducido en empleos perdidos, en freno al crecimiento, en un costo económico que ronda los $4 mil millones al año, y en reiteración del círculo vicioso de la pobreza en el país.

De este conocimiento de la realidad, de esta identificación personal con el sufrimiento de la gente, de este sentimiento de resignación e impunidad, la primera conclusión que saco es que No podemos seguir así.

No podemos seguir teniendo una de las tasas más altas de homicidios en el mundo, con más de 60 homicidios por cada 100,000 habitantes el año pasado. No podemos esperar resultados diferentes si seguimos haciendo las cosas de la misma manera, si seguimos sin poner la voluntad, el compromiso, la inteligencia, los enfoques audaces, la estrategia coherente, los recursos suficientes, el liderazgo decidido y las personas capaces de sacar al país de esta situación.

¡A pesar de su magnitud, el problema tiene solución!

Si hay algún dirigente político o candidato que crea que esto no tiene arreglo, que se vaya para su casa. Yo estoy convencido que podemos dejar atrás esta devastadora ola de violencia y delincuencia.

No voy a hacer promesas irresponsables. No se sale de la noche a la mañana de 20 años de violencia desbordada, no se superan por arte de magia las peores tasas de homicidios del mundo; pero me siento comprometido y capaz a cambiar el rumbo en el campo de la seguridad ciudadana.

Una cosa es clara: vamos a combatir el crimen con la máxima firmeza y el máximo rigor, pero también, el combate central y decisivo será contra las raíces sociales y estructurales de la violencia, contra la exclusión social, la marginación y la ausencia del Estado como garante de la seguridad y proveedor de servicios de calidad.

No podemos seguir con una guerra interminable contra las pandillas. Y menos aún podemos seguir viviendo paralizados del miedo.

Tengo una visión diferente de la intervención estatal, de la eficacia policial y de la estrategia social que debemos impulsar.

La fuerza represiva contra el crimen seguirá siendo indispensable, pero la verdadera fuerza del Estado será llevar la obra pública a toda la población y todos los territorios, sin exclusión alguna.

Cuando digo que no podemos seguir con lo mismo, me refiero a todas las políticas de Mano Dura, tanto de los gobiernos de ARENA como de los de los últimos gobiernos del FMLN, que en vez de producir más seguridad y paz han profundizado la crisis. Es hora de un concepto nuevo y audaz.

Tenemos que cambiar de fondo y forma las políticas – y no solo las políticas de Seguridad en el sentido estrecho, sino TODAS NUESTRAS POLITICAS, y la jerarquía de prioridades de las inversiones sociales.

Vamos a invertir la priorización entre la REPRESIÓN, que ha estado durante décadas al centro de la política de Seguridad – y la PREVENCIÓN, que ha sido un complemento sin estrategia, coherencia y sostenibilidad.

Pero esto solo tiene sentido si redefinimos radicalmente ambos conceptos: represión y prevención. Esto es lo que nuestro gobierno hará en estrecha colaboración con el sector privado, la sociedad civil, los municipios, las iglesias, y la comunidad internacional.

¿Cómo redefinir el concepto de la represión, O SEA DE LA PERSECUSIÓN DEL DELITO?

Vamos a limpiar el concepto de la represión del enfoque de una guerra, de mano dura, de la militarización de la seguridad pública, y sustituir por un enfoque que busca construir paz social.

Vamos a transitar de un enfoque de represión a uno para construir paz social.

La persecución del crimen que necesitamos es la consecuente aplicación de la ley, estrictamente en el marco legal y de los Derechos Humanos.

Tiene que estar basada en la eficiencia de la policía, de la fiscalía y del sistema judicial.

Vamos a priorizar la investigación y la inteligencia por encima de medidas que son contraproducentes para la prevención.

Es imperativo llevar a cabo una reingeniería de las instituciones de seguridad pública, que incluya la despolitización de la Policía Nacional Civil y el reforzamiento de sus mecanismos de control interno.

Vamos a rescatar la vocación civil sobre la seguridad pública: un ministerio de Seguridad civil que supervisa a la policía y los centros penales. No pueden seguir siendo policías controlándose a si mismos.

Esta reingeniería incluye una importante apuesta por la formación profesional de la policía y de Centros Penales, así como la revisión del sistema de ascensos y de una estructura de incentivos que sea sostenible y dignificante.

La situación en los centros penales del país es INSOSTENIBLE.

Vamos a crear un sistema carcelario con prioridad de rehabilitación y formación profesional de los internos.

Quiero hacer énfasis en algo: la mejora de condiciones, prestaciones y equipamiento de los agentes de seguridad es fundamental en nuestra estrategia. Nuestra apuesta es por la Tecno-seguridad.

Recuperaremos los territorios a través de la aplicación de una intervención integral en comunidades, no solo por parte de la PNC, sino por parte de todas las instituciones del Estado. Solo un Estado presente en cuanto a sus servicios puede recuperar el control efectivo de los territorios. Para ello:

  • Nos apoyaremos en comités locales de desarrollo, para darle una participación relevante a las comunidades y autoridades locales.
  • Fortaleceremos la presencia y efectividad de los agentes de la policía a través de patrullajes preventivos, permanentes y respetuosos de los derechos ciudadanos. Nuestro compromiso es que la población se sienta más protegida.
  • Impulsaremos reformas legales, que permitan una pronta y cumplida justicia en delitos menores, lo cual ayudará a descongestionar el sistema judicial, y a contrarrestar el clima de impunidad cotidiano, en casos como hurtos o robos.
  • Fortaleceremos la seguridad de las mujeres en el transporte público, así como los mecanismos de denuncia ante casos de violencia contra la mujer.

Cuando hablamos en una persecución de delito basado en investigación e inteligencia, esto incluye un rol fundamental de la tecnologíaía en nuestra estrategia de seguridad. Dotaremos a la policía de la tecnología necesaria para la prevención, persecución e investigación del delito.

¿Y cómo redefinir el concepto de prevención?

Nosotros vamos a desarrollar el concepto de INVERSIÓN SOCIAL FOCALIZADA. Para hacer sostenible y efectivo el Plan de Seguridad Ciudadana, nuestro gobierno dará a la INVERSIÓN SOCIAL un carácter prioritario, integral, focalizado y sostenible.

Como Presidente asumiré la responsabilidad directa sobre este plan, garantizando que el gabinete revise todas las inversiones sociales (educación, salud, juventud, mujeres, caminos rurales, agua, saneamiento, trabajo) para dar prioridad a aquellas que tengan impacto directo y sostenible sobre las comunidades, barrios, asentamientos precarios, cantones con alto grado de pobreza, exclusión e incidencia delincuencial.

  • Diseñaremos un plan para transformar estas comunidades, en cuanto a infraestructura y servicios públicos de calidad.
  • Solo un ejemplo de lo que haremos de manera inmediata: daremos énfasis a las escuelas que sirven estas comunidades y territorios conflictivos, para convertirlas en escuelas de tiempo completo con extensas actividades complementarias, de tal forma de convertir a las escuelas en los motores de cambio de las comunidades.

Priorizaremos todas aquellas inversiones y programas que, aparte de tener impacto sobre la pobreza y sobre la generación de buenos trabajos, tengan impacto directo sobre la convivencia ciudadana y la seguridad. Esto es nuestro concepto integral de prevención. La única prevención efectiva es que el Estado cumpla con eficiencia todas sus obligaciones, sobre todo con las poblaciones más necesitadas.

En vez de enfrascarnos en una guerra interminable contra las pandillas, produciendo más muertos, vamos a emprender y ganar la lucha contra la violencia y sus raíces, produciendo inclusión, oportunidades, trabajo y convivencia ciudadana.

ME COMPROMETO ESTE DÍA CON USTEDES, a ponerme al frente de los esfuerzos para combatir la inseguridad y la delincuencia que tanto dolor causa a las familias salvadoreñas. Nuestro país merece un enfoque integral como el que este día he planteado. Estoy seguro que es el camino correcto, y sé que juntos, lograremos enfrentar este enorme desafío.