Javier Simán lidera al principal sector productor y exportador del país y lamenta los obstáculos que se mantienen como la burocracia y la tramitología.
María José Saavedra, 25 abril 2017 / LPG
La industria es el sector que más empleo genera en el tejido productivo salvadoreño, con una planilla de 170,000 colaboradores, pero además es el responsable de casi el 100 % de las exportaciones del país. Por eso cada año la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) elabora un ranking para reconocer, por rama, a las empresas que dieron el extra para hacer crecer las ventas al exterior. En vísperas de esta celebración a las empresas exportadoras, el presidente de la gremial, Javier Simán, compartió el panorama comercial, así como los obstáculos que siguen minando a los productores, como la tramitología y la burocracia. A escala económica y fiscal, Simán reprocha el trabajo de la administración actual y señala que poco o nada han hecho por mantener en equilibrio las finanzas públicas que ya navegan por las aguas turbias de un “impago selectivo”.
Desde 2010, las exportaciones han mostrado altos y bajos en su tendencia, sin sobrepasar los $5,500 millones, y de estas el 96 % son industriales, nadie mejor que ustedes para explicar por qué no crecen las exportaciones.
El 96.4 % del total de las exportaciones son industriales, para ser exactos. Nosotros crecimos 4 % en 2015, el año pasado bajamos 2.7 %. Nicaragua nos está alcanzando poco a poco, está creciendo y nosotros nos estamos estancando. Parte de esa variabilidad se debe a que la mayoría de las exportaciones son industriales y los precios de nuestros productos dependen de los precios de las materias primas que compramos. Por ejemplo, el
50 % de las exportaciones son textiles y confección; entonces, si sube el algodón, sube el precio de las prendas que exportamos, no quiere decir que ganamos más, quiere decir que nos cuesta más caro y vendemos más caro. De repente baja el costo del algodón y facturamos más barato. El Gobierno a veces se entusiasma y dice: “Crecimos en las exportaciones”, pero en realidad hay que ver el volumen. Pero obviamente las exportaciones no están creciendo. Nosotros deberíamos tener una tendencia de crecimiento al venderle 48 % de las exportaciones a Estados Unidos y el 42 % a Centroamérica. Si nosotros estamos exportando a estos países que crecen, deberíamos estar creciendo en las exportaciones. Pero el principal problema es la incertidumbre política, ese es el tema que no genera confianza. Los inversionistas no van a invertir en un país donde no están claras las reglas. Mire Nicaragua, en los últimos siete años ha crecido 33.7 %, y nosotros solo hemos crecido 13.4 %; y Nicaragua es un gobierno de ideología de izquierda igual que el nuestro, o sea que no es un tema de ideología, es un tema de qué actitud tienen los gobiernos.
En 2011 se lanzó la política industrial, ¿para qué sirvió, quedó algo de eso?
No se ha avanzado. Esa era la tercera política industrial. Ya había dos antes de esa, pero a la hora de las horas no se ha implementado nada, está estancada. Luego vino la Ley de Fomento a la Productividad, se ha formado un consejo y solo tuvimos una reunión, así que no hemos avanzado mucho.
En 2014 se asignó al comisionado para la inversión, ¿cuánto ha mejorado la tramitología para hacer negocios en el país desde entonces?
Se nombró al vicepresidende (Óscar Ortiz) como comisionado presidencial y en algún momento teníamos reuniones frecuentes con él para tocar los temas de los obstáculos a la competitividad. Después se conformó la famosa mesa de diálogo entre el Gobierno y la ANEP, y en esa mesa es donde se iban a tocar todos esos temas. Pero desde octubre del año pasado no hemos vuelto a reunirnos en esa mesa, o sea que ya perdió el impulso que llevaba. Nosotros por supuesto estamos en la disposición de continuar, pero sentimos que del lado del Gobierno ya no hay ese interés en empujar.
¿El tema de la tramitología y burocracia sigue igual?
Se ha complicado, está peor, principalmente en el tema de aduanas. Hubo un cambio en la dirección de aduana y el nuevo director ha llegado con muchas arbitrariedades y eso está entorpeciendo mucho el comercio. Nosotros hemos sido bien claros de que facilitación del comercio no quiere decir facilitar contrabando, no hay que sacrificar la recaudación fiscal ni el control aduanero con ser ágil. Pero de ninguna manera estamos sugiriendo que aflojen las medidas de control, todo lo contrario. El contrabando al que más afecta es a la industria local. Pero la falta de agilidad es lo que nos está matando, hay productos perecederos que vienen de Guatemala que se pierden en la frontera porque pasan mucho tiempo allí.
Usted llegó en 2010 a la ASI. ¿Cuáles son los obstáculos que continúan desde ese entonces?
Algunos obstáculos los hemos sobrepasado, otros hemos aprendido a vivir con ellos. Recuerde que una medida fue quitar el “drawback”, que era el único incentivo, y se eliminó. Las empresas ahora tienen que competir sin esa ventaja, algunas lo están haciendo mejor que otras. Hemos tenido que aprender a ser competitivos. Pero el tema de la energía eléctrica, ¿recuerda que estaba en $0.22 y $0.23 el kilovatio y logramos que bajara a $0.09? Ya volvió a subir a $0.13, claro que es mejor que lo que pagábamos antes, pero pudiéramos estar en $0.08. Estamos mejor que 2010 en este aspecto, pero no como deberíamos estar. En el tema del precio de la energía creo que el trabajo conjunto con el Consejo Nacional de Energía ha dado buenos resultados. En la tramitología no. Cada día son más trámites, más permisos, mucha burocracia, mucha arbitrariedad que hay que pedir permiso por todo. Hemos visto una tendencia de que en los reglamentos exageran los requerimientos cuando la ley no lo exige. Por eso los resultados que verá en el ranking son la respuesta del esfuerzo de los empresarios y sus trabajadores, porque de parte del Gobierno cada vez son más los obstáculos.
Para 2014, la industria había invertido $2,300 millones, una cifra alta. En medio de todo, ¿cuáles son las ventajas de invertir en El Salvador?
La industria desde 2009 ya lleva invertidos $3,762 millones, pero en maquinaria y equipo, no son plantas nuevas; y eso es principalmente para mantenerse a la vanguardia y poder ser más competitiva. No es que estemos invirtiendo en ampliaciones ni nada de eso. Esto demuestra que la industria salvadoreña está en el país y se va a quedar independientemente del gobierno que tengamos, porque los gobiernos van y vienen, pero la industria es a largo plazo.
En los premios ASI de 2014 empezaba el Gobierno actual y en su discurso usted dijo lo siguiente: “Estamos convencidos de que el Gobierno y sector privado no podemos caminar por rumbos opuestos… Dialogar por dialogar solo sirve a los que quieren aparentar”. ¿Tres años después qué opina?
Mantengo lo que dije. Cítelo otra vez, porque en realidad el Gobierno habla de mesas de diálogo, pero él ya lo abandonó, no hemos sido nosotros. El Gobierno es el que ha dejado de participar en las mesas de diálogo con el sector privado. Por eso más que hablar de diálogo, nos gusta hablar de debate… de diálogo ya hay demasiado. Parece que no hay voluntad sincera de trabajar con nosotros porque se sientan, pero al mismo tiempo nos están atacando de evasores, de contrabandistas, que somos corruptos, y nosotros no somos partido político, que se peleen con ARENA, pero no con nosotros, porque somos los generadores de esas oportunidades de trabajo.
A escala económica, ¿cuáles son las perspectivas para el país?
Nosotros vemos grandes oportunidades que se están desaprovechando. Imagínese: Estados Unidos es el 48 % de las exportaciones y esa economía está creciendo fuerte y lo que nosotros les exportamos solo representa el 0.5 %, o sea que podríamos exportar lo que queramos bajo CAFTA. Pero no hay un clima de confianza. Los inversionistas cuando ven ese problema del impago creen que el país va a entrar en crisis, creen que van a sacarlos.
Sobre la crisis fiscal, ¿cómo observa el clima político para resolver esta situación en medio de una gran polarización? En la parte contable se hizo una reforma fiscal, se ha aumentado la deuda, se han quitado los subsidios y ya se cayó en impago selectivo, ¿cuál es el talón de Aquiles?
Desde el punto de vista político no creo que sea polarización. El FMLN no ha cumplido los compromisos que adquirió en las negociaciones anteriores, entonces hoy no hay voluntad de los otros partidos de concederle más deuda. Yo no creo que sea polarización política, es que el FMLN es irresponsable con la administración de los recursos, sigue gastando, sigue endeudándose, sigue contratando plazas. El gobierno del FMLN no ha cumplido nada hasta ahora. Es lógico que los partidos difícilmente le van a dar el apoyo cuando no han cumplido. En mi opinión, nunca se debe de romper el diálogo, los partidos deben de sentarse. ARENA debe de mantener un diálogo abierto pensando ambos en el paso y no en las elecciones. El haber fallado un pago nos baja de categoría como país. Desde el punto de vista contable, este gobierno es el que más recursos ha tenido con más recaudación y más endeudamiento. La pregunta que hacemos es ¿en qué se han gastado el pisto? Cómo es posible que incumplan un pago que desde hace tiempo sabían que tenían que hacer y que ni siquiera estaba en el presupuesto.
Vienen tiempos electorales y eso mueve las aguas. Pero es claro que quien reciba el país no tendrá la situación fácil sea el partido que sea. ¿Usted quisiera asumir ese reto?
Sí, hay rumores, sí se nos ha acercado más que todo de las universidades, el sector académico, empresarial, más que todo sociedad civil, no de partido político, nadie de ARENA se me ha acercado. Yo no estoy en ningún partido político. Ahorita es muy prematuro para hablar de candidaturas presidenciales cuando tenemos a la vuelta de 11 meses elecciones de diputados y alcaldes, que es la elección más importante. Lanzo un llamado a todos los ciudadanos que esto no es cuestión de los actores políticos, esto es de todos los salvadoreños que debemos elegir diputados y alcaldes idóneos. Hoy por hoy, seguimos trabajando con la responsabilidad que tenemos desde la ASI. Pero sí no deja de halagarnos que algunos nos mencionan. Nadie tiene que pensar en una candidatura con una ambición personal, se tiene que pensar en qué es lo mejor para el país. Yo, si lo hiciera, sería solo por mis hijas, por dejarles un mejor país.