Kalena de Velado

Aprender a dar segundas oportunidades. De Kalena de Velado

Esta semana conocí biografías conmovedoras de gente que eligió aprovechar oportunidades para salirse de grupos fuera de la ley o de situaciones dramáticas (drogas, parálisis cerebral o física, maternidad en soledad y falta de educación).

Kalena de Velado, 23 abril 2017 / LPG

Pero también palpé una poderosa raíz de desconfianza en la capacidad de redención del ser humano en nuestra sociedad, sobre todo frente a criminales que han cometido acciones innombrables, sean estas estafas y corrupciones, reclutamientos, amenazas y asesinatos de jóvenes inocentes cometidos por las pandillas. Debiéramos aprender a dar segundas oportunidades…

Un ejemplo a seguir son mis amigos Rodrigo y Graciela de Bolaños, de League Central America, una empresa maquiladora de paquete completo que ofrece trabajo a jóvenes en riesgo y expandilleros, así como a personas con discapacidades, madres solas, muchos de ellos que apenas saben leer y escribir. En los videos sobre estos casos, los personajes agradecían la oportunidad laboral en un ambiente amable, compasivo y empático, que además le ofrece la posibilidad de estudiar y completar la educación básica, el bachillerato, carreras técnicas o universitarias.

En nuestras reuniones y actividades organizadas por el Comité de Balance Familia y Trabajo de ANEP, he podido conversar y aprender de este ejemplar matrimonio que hace un mejor El Salvador a través de animar a la sociedad en general y al sector empresarial a dar “segundas oportunidades” a quienes verdaderamente quieren salir adelante. Me impresiona mucho cómo en League se cuida a las familias de los colaboradores con educación para los padres, guardería en horas laborales para que los empleados puedan visitar en horas de almuerzo y descanso a sus hijos. Recuerdo muy bien que en uno de los eventos de la Fundación EMPREPAS, hace más de cuatro años, Rodrigo me comentó su sueño de convencer a los dueños de negocios de reconvertir las instalaciones de sus empresas en centros de desarrollo humano (en línea con lo que sugiere la doctrina social de la Iglesia y con la visión de Responsabilidad Social Empresarial).

Efectivamente, coincido con voces como la de Rodrigo, que exhortan a que nos unamos a enfrentar juntos el combate a la pobreza extrema, la falta de educación y la reparación de rupturas familiares (sea por emigración o falta de valores), que son algunas de las causas del ambiente de inseguridad que vive nuestra juventud principalmente. No solo se necesita la política de represión o mano dura, sino la mano amable, en especial con quienes han demostrado valentía al salirse de las pandillas para convertirse sinceramente al cristianismo, sea católico o evangélico (en Sala Negra, de El Faro, hay un interesante reportaje: “La revolución de las ovejas”). Creo firmemente que no hay otra salida mejor que la de promover que Jesús sane el corazón de los criminales, pero también de los “buenos hermanos”, que juzgan con dureza señalando a “los que no tienen remedio”, que talvez nunca hemos matado a nadie pero que no buscamos con más entusiasmo educar activamente a jóvenes en riesgo, comenzando por cuidar a los hijos de nuestros empleados.

Si vamos a reducir costos en la empresa por la difícil situación a la que nos han llevado, no toquemos los puestos de trabajo. La empresa League y su CEO, Rodrigo Bolaños, han mostrado éxito y rentabilidad por ser más humanos. Por eso recibió el premio británico Capitalismo Responsable 2016.