Mes: julio 2018

El nuevo mapa electoral. De Paolo Luers

2 agosto 2018 / El Diario de Hoy/Observadores

El tablero está colocado, el juego puede comenzar. Será un juego entre cuatro: ARENA, FMLN, GANA y VAMOS.

Tres partidos establecidos y un outsider. Este último, VAMOS, de repente se vuelve más atractivo, luego de que el otro outsider -Bukele con Nuevas Ideas- terminó de candidato de GANA. El que durante meses pareció mejor posicionado para atraer a los votos de los amplios sectores que no creen en los partidos establecidos, terminó siendo el candidato del partido más desprestigiado de todos.

Nacido como el partido de Tony Saca, cuando este fue expulsado de ARENA luego de pactar con Funes y el Frente, GANA se convirtió en el partido de Funes y sirvió durante 9 años de muleta del FMLN – para terminar convirtiéndose en el instrumento de Bukele.

Tony Saca, Funes, FMLN, Bukele: Se cerró el ciclo de GANA. Muchos de los operadores políticos y propagandísticos de Saca ya estaban con Bukele desde sus inicios: Peter Dumas, Ernesto Sanabria, Geovanni Galeas, Porfirio Chicas… Otros hombres del “sistema Saca” se unieron cuando Bukele lanzó Nuevas Ideas: Walter Araujo, Ricardo Cucalón, Feliz Ulloa. Y ahora, amarrada su alianza con GANA, Bukele hereda el resto de los personeros de Saca: Andrés Rovira, Herbert Saca, Nelson Guardado, Mario Tenorio, Merlin Barrera… Guillermo Gallegos todavía tiene que digerir el susto que con la llegada de Bukele se convierte en segundón, pero se adaptará al nuevo sistema: “el sistema Bukele”.

Programáticamente no cuadra mucho este matrimonio. Pero, ¿qué importa?, esto se arregla. GANA, y en particular Gallegos, apoya la reelección del fiscal general Douglas Meléndez, Bukele lo detesta y ataca. GANA, y en especial Gallegos, apoya una política de exterminio de pandilleros, Bukele los quiere tener de aliados y los promete diálogo e inserción.

El regreso de Bukele al ruedo tradicional partidario abre espacio a Josué Alvarado, el emigrante convertido en empresario exitoso, y su partido VAMOS. Lo suyo es un populismo sin demagogia, sin polarización, sin tendencia antipolítica – y sin mesianismo: un populismo sin intenciones de atentar contra el sistema republicano, sino con el propósito de dignificar la política. A su formula se unió con Roberto Rivera Ocampo un activista de iniciativas ciudadanas y excandidato a diputado no partidario. Si VAMOS sabe aprovechar el giro de 180 grados de Bukele, puede convertirse en la sorpresa del 2019 – no para ganar, pero sí para posicionarse como partido de los independientes para las elecciones legislativas y comunales del 2021.

Habría que ver cómo reaccionan ARENA y FMLN a esta nueva configuración del mapa político-electoral. Ambos salieron de sus procesos internos con problemas de unidad, pero tratando de resolverlos con la promesa de renovación. En comparación con el proceso interno de GANA, que se resolvió casi en forma de golpe de mano, ARENA y FMLN se arriesgaron a celebrar primarias de verdad, con competidores fuertes, con debates internos que antes nunca permitieron. Sus candidatos, tanto Hugo Martínez y Carlos Calleja, han adoptado discursos de apertura y renovación, a pesar de fuertes resistencias en sus partidos. Falta ver hasta dónde están dispuestos a llegar.

En la medida que logren consolidar y concretizar sus propuestas (renovación; lucha contra la corrupción; inclusión social; gobierno no partidario, sino enfocado en una administración pública eficiente y responsable), el espacio para GANA y Bukele comenzará a estrecharse. Si ARENA y FMLN logran ponerse de acuerdo sobre una Sala de lo Constitucional sin amarres partidarios, compuesta por profesionales idóneos, así como sobre un presupuesto con equilibrio fiscal para el año 2019, se disminuye el riesgo que el descontento con la política tradicional desemboque en una aventura populista. Aun más si ARENA y el Frente logren crear confianza en una alternancia del poder ordenada.

Todo depende de la capacidad de los candidatos Hugo Martínez y Carlos Calleja a tomar un liderazgo que rompa los nudos ideológicos y de intereses en sus respectivos partidos. Con la forma en que ha construido su coalición, usando la figura de la candidata a la vicepresidencia como garantía que esta alianza será más que la suma de 4 partidos, Carlos Calleja parece estar claro que tiene que construir una nueva mayoría incluyendo sectores de la sociedad civil tradicionalmente distanciados de los partidos.

Si Hugo Martínez logra algo parecido, puede parar la hemorragia de la izquierda, que hizo al Frente perder votos y hasta militantes a Nuevas Ideas. Esta tarea se vuelve más fácil, ahora que el populismo con discurso demagógico de izquierda radical de Nuevas Ideas ha optado por fusionarse con el populismo corrupto y mafioso de GANA.

Arrancando así el juego electoral del 2019, todo está abierto.

Carta a los diputados: No se dejen chantajear por la falta de voluntad y capacidad del gobierno. De Paolo Luers

31 julio 2018 / MAS! y EL DIARIO DE HOY

Estimados:
Ahora todos -ustedes en la Asamblea y la ciudadanía- están enfocados en la elección de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Es la prioridad número 1, indudablemente.

Pero inmediatamente despuées tienen que atender otro problema, que causaría grave daño si no logran encontrar una solución racional, eficiente y pegada a la Constitución. Desde hace varias semanas, ustedes tienen en sus manos la iniciativa del gobierno de reformar la Ley Penitenciaria. Viene, como siempre, con urgencia y mucha presión. Más bien chantaje.

La urgencia del gobierno es esta: Han basado toda su política de Seguridad Pública sobre la muleta de las medidas extraordinarias. Desde ya más de dos años las aplican en el sistema penitenciario. Medidas extraordinarias, que no son otra cosa que un Estado de Excepción parcial, tienen por definición un carácter temporal. La única manera que ustedes, los legisladores, pueden autorizar un Estado de Excepción temporal es bajo el imperativo que el gobierno aproveche el plazo concedido para resolver la emergencia y hacer innecesarias la aplicación de medidas extraordinarias, temporales y restrictivas de derechos constitucionales.

Esta regla constitucional ya ha sido violada por el Ejecutivo al buscar dos veces la prolongación de las medidas extraordinarias. La última vez, la Asamblea se negó a dar otra prorroga de 1 años y dijo al Ejecutivo: Le damos 6 meses para resolver, pero es la última vez. Resuelvan.

Ahora, ante su incapacidad de desarrollar políticas que resuelven la emergencia de inseguridad, el gobierno presentó una reforma de la Ley Penitenciaria que simplemente pretende convertir las medidas extraordinarias en legislación permanente, incluyendo todas sus restricciones a derechos garantizados por la Constitución y por las leyes. Esto no se vale. Es una ofensa tanto a la Sala sobre que sentenció que es inaceptable elestado del sistema penitenciario, como a la Asamblea Legislativa que les negó la prórroga por un año más.

La incapacidad -o la falta de voluntad- del gabinete de Seguridad de resolver la emergencia no puede ser razón para la Asamblea de permitir que el Estado de Excepción se convierta en legislación permanente. Sería una derrota del Estado de Derecho.

Así lo han calificado las instancias internacionales encargadas de vigilar y garantizar los Derechos Humanos. Ustedes tienen en sus manos los informes respectivos.

Convertir las medidas extraordinarias en legislación permanente sería permitir que el ejecutivo actual y el que venga sigan construyendo sus políticas de Seguridad Pública sobre la libertad de continuar violando derechos humanos y constitucionales.

Tienen en sus manos la oportunidad de obligar al gobierno a reorientar sus políticas y presentar y cumplir planes de seguridad integrales apegados a la Constitución. Estamos acercándonos a las elecciones presidenciales y la transición a un nuevo gobierno. La Asamblea no debe cerrar la puerta a que los candidatos y sus partidos desarrollen propuestas nuevas en el área de Seguridad y que no sean amarrados a una legislación que surge de la incapacidad de los últimos gobiernos.

Hagan su trabajo. No son el órgano auxiliar del gobierno.

Saludos,

Duda crítica. De Roberto Rubio

No me canso de repetir que no solo la fe sino también la duda mueve montañas. Es gracias a la duda, a la curiosidad, al cuestionamiento de lo dado, que se han logrado cambiar paradigmas sociales y científicos obsoletos y hacer avanzar las distintas ciencias.

30 julio 2018 / La Prensa Gráfica

Como afirmaba en una ocasión: «Lo que subyace en las teorías físicas de Einstein no es solamente su fe en la relatividad del tiempo y del espacio, sino también sus dudas en torno al paradigma newtoniano basado en realidades físicas absolutas y mecánicas» (LPG, 2/2005).

La inercia, la costumbre, proporciona zonas de confort, y nos mantiene complacientes y pasivos ante lo establecido. Creemos que como las cosas siempre han sido así, así serán. Sin embargo, acostumbrarse a lo dado ha llevado a varios equívocos. Como también afirmaba en su oportunidad: «Afincar nuestras convicciones y creencias en el así ha sido siempre no es una actitud adecuada en un mundo ávido de respuestas. Como menciona Jostein Gaarder en su novela El Mundo de Sofía, el que no hayamos visto cuervos blancos no quiere decir que no existan. Quizá un cuento narrado por el filósofo Bertrand Russel sea ilustrativo al respecto. Un pollito percibe todos los días que el granjero cruza el patio y le lleva su plato de comida. Después de mucho tiempo, el pollito tiene fe que el cruce del patio por el granjero significa tener acceso a comida. Sin embargo, más adelante, el otrora pollito engordado y ahora convertido en gallina se dará tristemente cuenta de que si el granjero cruzó el patio era para degollarlo y llevar comida a otra mesa».

Si fuéramos más curiosos, muchas cosas que nos venden como normales/posibles no lo son. Por ejemplo, estamos acostumbrados a ver en las películas de guerra y combate en las galaxias, ruido y fuego de explosiones; pero como dicen los físicos, esto es imposible pues en el espacio vacío no hay oxígeno, y no puede haber sonido ni combustión.

«No crean que son diferentes porque hablan y visten diferente.
No se dejen seducir por sus juegos mediáticos»

La duda crítica no solo debe ser asunto de los científicos/investigadores, sino también de los ciudadanos. Un campo es el del ejercicio del poder. Así para el caso, donde la duda crítica debe ser intensa es en el proceso electoral. El militante, el simpatizante, el votante, debe indagar sobre sus dirigentes y candidatos. Debe estar informado de sus trayectorias, comportamientos, posicionamientos frente a hechos/coyunturas concretas. Hoy no hay excusa, pues existen los medios y plataformas para informarse. Basta un poco de esfuerzo, una actitud curiosa, una mirada objetiva.

Desgraciadamente muchos se dejan ir por lo que dice la línea del partido, por la propaganda, por el discurso estridente y promesas del candidato/a. Miren lo que nos pasó con Saca y Funes, y el discurso anti corrupción de este último. No vuelvan a equivocarse. Como también lo he repetido, no crean en lo que dicen sino en lo que han hecho y hacen. Duden siempre de lo que dicen. Tengan más bien fe en su trayectoria y calidad personal.

No se dejen ir por las formas sino por los contenidos. No crean que son diferentes porque hablan y visten diferente. No se dejen seducir por sus juegos mediáticos. Fíjense en los compromisos concretos que asumen, y cuestiónense sobre la viabilidad de los mismos. Quizá así tendremos mejores diputados y alcaldes, y un mejor presidente.

La flor de pino. De Mario González

«Si al pasar por Sacaclí te preguntaran por mí, les dirás que me fui lejos, pero un día volveré porque no me hallo sin ti”, llora La Flor de Pino, uno de mis corridos favoritos de tiempos de la Revolución nicaragüense, del maestro Carlos Mejía Godoy.

30 julio 2018 / El Diario de Hoy

Por momentos me parece haber vuelto a julio de 1979 y saber de los últimos combates entre los guerrilleros sandinistas y los guardias nacionales de Anastasio Somoza, el último de una dinastía de dictadores que sometió a Nicaragua con mano dura por 50 años.

Sin embargo, ahora la dictadura dinástica la dirige Daniel Ortega, quien comandaba en aquel entonces la guerrilla sandinista y que ha sofocado a sangre y fuego todo foco de sublevación entre la población, de la misma manera que lo hicieron Somoza y sus antecesores.

Esto significa que desgraciadamente nuestros hermanos nicaragüenses derrocaron una dictadura entonces para tener ahora otra dictadura -casi una monarquía con rey y reina– que hace iguales o peores cosas con las fuerzas policiales y escuadroneras a su servicio. Hasta el maestro Mejía Godoy, que componía corridos e himnos al Frente Sandinista, ahora llora por los masacrados junto a sus madres e increpa a los orteguistas por tanta barbarie.

Lo más vergonzoso es que gobiernos como el salvadoreño apoyen ese régimen, un proceder con el cual no me siento representado, al igual que la mayor parte de la población que se identifica con la democracia y la tolerancia.

Las decenas de miles de muertos en las guerras de Nicaragua y El Salvador deben de estar retorciéndose en sus sepulturas de saber que su sacrificio fue en vano, pues terminaron entronizándose regímenes que procuran el totalitarismo y la imposición o, como el venezolano, llevan a su gente al punto de literalmente comer basura o a huir hacia Colombia.

Lo más triste es que en casos como el Venezuela o Nicaragua no hay gobiernos ni organismos que dicen velar por los derechos humanos que protesten con la misma energía que lo hicieron contra otras dictaduras militares del siglo XX. Un punto importante: tanto la nicaragüense como la venezolana son dictaduras militares actualmente, lo que tanto repudiaban en el pasado.

Lo que más sorprende es la hipocresía de los funcionarios y troles del oficialismo rasgándose las vestiduras y echando espumarajos, con los ojos desorbitados como la niña de El Exorcista, porque en aquel momento Norman Quijano dijo que la revolución sandinista abrió esperanzas entre los centroamericanos. Pues no mintió. El 19 de julio de 1979 fue un día en que tanto la derecha como la izquierda nicaragüenses y de Centroamérica celebraron juntas la caída de Somoza y se estableció un gobierno de amplia participación que el mismo Daniel y su camarilla se encargaron de desestabilizar hasta que excluyeron al empresariado y establecieron un Estado policial que llevó al país a una nueva guerra y a la bancarrota. Similar a lo que está pasando ahora en Venezuela, en la Nicaragua de los 80 un dólar podía llegar a valer un millón de córdobas por la hiperinflación que trajo hambre y miseria a los nicaragüenses, algo peor que en los tiempos de Somoza.

Los pueblos languidecen o se someten al arbitrio de déspotas que se dicen “progresistas” y que conspiran para acabarse instituciones independientes que garanticen el balance de poderes, como los órganos de justicia de los países.

Lo hemos visto acá mismo cómo el oficialismo intenta a toda costa meter a sus cuadros obedientes en instituciones clave como la Corte Suprema de Justicia y la Sala de lo Constitucional y persisten con descaro pese a verse descubiertos y denunciados.

Mientras oro por un mañana mejor para mis hermanos nicaragüenses se me vienen a la mente aquellos versos de mi infancia que dicen que “Hoy que pasé por la pulpería, la Tere Armijo me vio llorar, en mis pestañas alborozadas quedó una lágrima rezagada de aquel ayer que no volverá… Si me preguntas por qué tu nombre no lo podría nunca olvidar, has de saber que lo llevo dentro, en el aroma de los almendros que hoy retoñaron en mi solar…”

Carta a Nayib Bukele. De Rafael Palomo

Mentiras y más mentiras. El 12 de septiembre de 2016 a las 9:12 PM mandaste un mensaje claro en twitter. Por si no lo recuerdas, me doy la libertad de refrescar tu mente; el mensaje decía “Solo para aclarar: este servidor NO será el candidato presidencial de GANA”. Hoy, en pleno julio de 2018, las circunstancias parecen haber cambiado para ti.

30 julio 2018 / El Diario de Hoy

Estimado Nayib Bukele:

Tu sed desesperada por poder te tiene enlistado en las filas de uno de los partidos políticos más cuestionables del país. A muchos les sorprendió la decisión, sin embargo, a mí no me extrañó en lo absoluto. Al contrario, llevaba un par de semanas esperando ese anuncio… mi ingenua mente nunca lograba descifrar qué te hacía tardar tanto; después de todo, ya habías demostrado ser capaz de comprometer tus principios y convicciones en aras de tus intereses personales.

Como ya mencioné, estimado Nayib, no me asustó tu decisión, pero hay algo que nunca deja de sorprenderme de ti: tu cinismo. Cuando algo te estorba es inmoral y es corrupto, pero cuando te conviene pareces no tener problema haciéndolo. Lo curioso de este cuento, Nayib, es que eres tú mismo el que está cavando tu propia tumba. Recuerdo cuando empezó tu carrera pública, con esos spots publicitarios para Nuevo Cuscatlán. Aparentabas ser un joven emprendedor y decidido; la opinión en general era esa. La juventud te aceptaba. Recuerdo a gente que apoyaba a ARENA decirme que percibían algo bueno en ti. No puedo negarlo, tu propuesta era atractiva, sin embargo, por convicción ideológica decidí no prestarte atención: misión que tú mismo harías imposible.

Desde que ganaste ese pequeño municipio, empezaste a formar un perfil desagradable a mi gusto y al de muchos. En vez de dedicarte a trabajar, te dedicaste a atacar, difamar y denigrar. Lo curioso del caso es que, aún con tantos calificativos negativos en tu actitud, muchos jóvenes se vieron atraídos hacia tu figura. Después de todo, el discurso mejor vendido de la actualidad es el de ir en contra del establecimiento político, a la mayoría que lo han usado les ha funcionado. Ahora bien, tu popularidad fue incrementando exponencialmente, pero tus detractores también. Parecía que tu carrera política iba a ser una de la cual nos íbamos a tener que cuidar, pero también ibas a tener que empezar a ser más serio en tu manera de actuar. Eso nunca pasó; contrario a lo que cualquier estratega político haría, entre más crecía tu popularidad, más inmaduro te volvías.

«El discurso mejor vendido de la actualidad
es el de ir en contra del establecimiento político,
a la mayoría que lo han usado les ha funcionado»

Para 2015 tu sed de poder era evidente, por lo menos para mí. Muchos otros, por el otro lado, todavía confiaban en tu imagen, en tu mensaje, o en lo que yo prefería llamar: tus “nuevas mentiras”. Yo no me tragué ese discurso en ningún momento, estabas mostrando una cara nefasta que no esperaba de ti. La campaña por la alcaldía de San Salvador evidenció que no tenías escrúpulos, que eras capaz de mentir y difamar con tal de obtener más poder. Era frustrante ver a tanto joven engañado por tu falsa fachada, pero me tocó aguantar que tu popularidad seguía creciendo. El legado que dejó tu padre y sus consejos, sin duda, construyeron a un astuto político, pero eso nunca iba a poder cambiarte como persona. A partir de ese momento, tu egocentrismo, tu megalomanía, tu narcisismo y actitud infantil empezarían a sellar tu destino.

Fuiste un fenómeno, Nayib. Tu estrategia de pan y circo atrajo a unos cuantos más, pero empezó a alejar a muchos. Empezaste a perder la confianza de muchos que te veían como una propuesta seria y, contrario a lo que pensé, en vez de cambiar te volviste peor. Con tu ruptura con el FMLN dejaste algo muy claro: que tus principios no existen, que no tienes ideología, que tienes una enfermiza obsesión por el poder y que NADA iba a interponerse entre eso y tú.

Empezaste con un show sin precedentes, a atacar la institucionalidad de la democracia, abiertamente. Engañaste a muchos y les hiciste pensar que ibas a fundar un partido nuevo, cuando tú sabías que era tarde para hacerlo. Si bien, mi desagrado hacia ti era indiscutible, con eso llegaste a tu límite. Fue ese momento en el que tocaste fondo, cuando perdiste a gran parte de tus seguidores. Ese show en el que despilfarraste tanto dinero, culmina con el escenario que tenemos hoy.

Tu proyecto, tu trayectoria y tu futuro han quedado desprestigiados. En una de tus famosas transmisiones en vivo, dijiste que nunca ibas a ser de GANA. Voy a citarte también, porque hiciste alusión a memes en los cuales salías vestido con uniformes de gana; con respecto a eso tú dijiste: “no me voy a unir a otro partido… ya estoy inscrito en el CD, así que ya pueden ir borrando los colores de sus memes y comiéndose sus propias palabras”. Recuerdo que mi madre siempre dijo que en boca cerrada no entran moscas. Eso es algo que nunca has sabido hacer: cerrar la boca. En este caso, eres tú quien se tiene que tragar sus propias palabras… son tan grandes que sé que te costará, pero es lo que le pasa a quienes escupen hacia arriba, al final, les cae en la cara.

Para muchos, eras la renovación de la izquierda salvadoreña; así como GANA era una nueva opción de derecha para otros pocos. Con tus acciones has demostrado que ni tú ni GANA tienen ideología, ni ellos de derecha, ni tú de izquierda, solo ambición y sed por el poder. Te has terminado de hundir, son muy pocos los que todavía creen en ti.

Si tenías alguna esperanza de ser presidente en 2019, eres tú mismo quien, poco a poco, la destruye…
independientemente del resultado de las internas de GANA. Actualmente, es obvio que tienes una necesidad patológica por mentir, engañar y pisotear a quién sea necesario, con tal de lograr lo que te interesa. Tu egoísmo, tu prepotencia y tu condición psicopatológica de megalomanía han quedado expuestas… este es un golpe del que difícilmente te vas a recuperar: te has convertido en la cara de la prostitución política en El Salvador.

En fin, Nayib, debe pesarte que aquellos que siguen siendo fanáticos tuyos tengan que tener una camisa roja, una turquesa, una amarilla y una anaranjada para poderte apoyar. Has decepcionado a muchos; sin embargo, a mí no, nunca creí en una sola palabra tuya. Criticaste a los partidos tradicionales y te uniste a 2 de ellos; dijiste ser de izquierda, pero te uniste a un partido de derecha; prometiste nuevas ideas, pero saliste con mañas viejas de la política que tanto criticaste. No eres mejor que ningún otro corrupto, no eres diferente a ninguno de ellos… solamente más joven. El punto de esta carta es hacerte saber lo que muchos ya realizamos: se acabó tu jueguito de mentiras. La historia sería diferente si hubieses esperado, fundado Nuevas Ideas con tiempo y te hubieses preparado para competir sanamente en 2024. Pero no, tu obsesión y sed por poder cavaron tu propia tumba y eres tú, y únicamente tú, quién está enterrándose solo.

Saludos,

Tu más fiel crítico

 

Una vez más, elijan bien. De Erika Saldaña

No me canso de decirlo: hay que elegir bien a los magistrados. La Sala de lo Constitucional ha sido un bastión fundamental para construir república en los últimos años. Los cuatro magistrados que nos dejaron hace dos semanas sentaron precedentes importantes en temas constitucionales; pero su mayor legado fue dejar claro la importancia de que un magistrado sea independiente del poder político.

Erika Saldaña, colaboradora de la Sala de lo Constitucional y presidente del Centro de Estudios Jurídicos CEJ

30 julio 2018 / El Diario de Hoy

Si queremos seguir avanzando en el republicanismo, elementos como los balances, los contrapesos, la transparencia, el control del poder político son sumamente importantes. Ese es el trabajo de la Sala de lo Constitucional. Los diputados deben elegir magistrados capaces, honestos y, sobre todo, que no le deban nada a nadie.

Es una pena que hayan pasado quince días desde que debieron tomar posesión de cargo los nuevos magistrados y el proceso siga en el limbo. Es más, la Asamblea Legislativa sabía que el reto más importante en el corto plazo era elegir magistrados para la Corte Suprema de Justicia. Tuvieron suficiente tiempo para elaborar un procedimiento transparente, objetivo y justificado. Y no lo hicieron.

¿Y quién tuvo la culpa? Todos los partidos políticos.

Aquí no se trata de que ARENA, GANA, FMLN, PDC, PCN se tiren la pelota para ver quién tiene la culpa de una elección estancada. Se trata de que todos deberían estar trabajando para demostrarle a la gente que en el proceso de elección escogerán a los más competentes. Hasta ahora, no lo han hecho. Es lamentable que la Asamblea Legislativa insista en elegir magistrados con base en “los listados de coincidencia”, donde “coincidentemente” se encuentran personas que no han demostrado idoneidad para ocupar la silla de magistrado en la Sala.

¿Y por qué muchos insistimos en que se elija bien a los magistrados? En corto: porque todos en esta República necesitamos tener la certeza de que las resoluciones que se tomen tienen a la base razonamientos técnicos jurídicos, la Constitución y las leyes de la República, y no criterios político-partidarios.

La Sala que finalizó fue un ejemplo de esto, fue popular e impopular con todos. Por ejemplo: los magistrados fueron muy criticados por gente de la derecha cuando emitieron la resolución de no abrir las urnas en la elección presidencial de 2014, que puso al FMLN en casa presidencial; o cuando la ley de amnistía fue declarada inconstitucional.

«Todos necesitamos tener la certeza de que las resoluciones
de la Sala tienen a la base razonamientos técnicos jurídicos,
la Constitución y las leyes de la República, y no
criterios político-partidarios»

Y la izquierda se sintió afectada directamente por la Sala cuando emitió resoluciones contra el FONAT, el SITRAMSS y declarando inconstitucional el nombramiento de aquellos funcionarios que estaban vinculados con el FMLN. Ambos partidos fueron afectados y ninguno puede decir que la Sala los favoreció. Eso es precisamente lo que necesitamos nueve años más: una Sala no partidista y que responda a lo que dice la Constitución.

Por esto, una vez más, diputados cumplan con lo establecido en la Constitución para elección de funcionarios. Han quedado mal frente a la gente luego de quince días de retraso, ya que ni siquiera han podido justificar con propiedad por qué los candidatos que están en sus listas merecen estar ahí. No basta con que afirmen que cada partido hizo evaluaciones por su lado; es necesario que todos sepamos cuáles criterios han usado para preseleccionar y por qué un candidato es mejor que otro.

Diputados, ¡elijan bien! Hagan su trabajo. Este país ha sufrido demasiado por falta de justicia, necesitamos seguir construyendo institucionalidad. Vivan a la altura del nombre “padres de la patria”; y esta Patria necesita buenos juzgadores, gente proba que haga valer los ideales, los valores, principios y derechos de nuestra Constitución. Las ideas de la vida, la propiedad y los presupuestos de igualdad y libertad.

Esta elección es para la década. Es para elegir gente que nos ayude a construir un mejor país. La república debe estar antes que los intereses partidarios y ustedes deberían estar eligiendo a los mejores candidatos y no repartiéndose cuotas. Es apátrida que los partidos pongan sus “puntos de honor” y que defiendan sus propios intereses, antes que los de la república.

No nos cansamos de insistir: diputados, elijan bien.

 

GANA y la ausencia de principios. De Cristina López

Las opciones se han simplificado significativamente para el elector indeciso: si una conclusión puede sacarse de los orígenes de GANA y de las figuras que representan este partido, es que con GANA perderíamos todos.

30 julio 2018 / El Diario de Hoy

Al momento de escribir esta columna nos enterábamos apenas de la inscripción “sorpresa” de Nayib Bukele en GANA. No hay que pensar equivocadamente que los años que han pasado desde su fundación o que la vicepresidencia de la Asamblea que ostenta una de las caras más conocidas de GANA le han dado a este partido la mínima capa de aparente legitimidad política, pues desde su fundación, la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) no ha sido más que el útil vehículo que permite que figuras conectadas con reportes de enriquecimiento ilícito sigan metiendo su cuchara en la política.

Sus principios ideológicos son más bien guiados por la conveniencia: ¿cómo más se explica que sus principios sean lo suficientemente elásticos para hospedar bajo la misma bandera a figuras con supuestas posturas políticas tan diversas como Nayib Bukele, Guillermo Gallegos, Tony Saca, o Will Salgado? Con la misma flexibilidad exprés como aparentemente inscriben candidatos presidenciales, votan con el FMLN o con ARENA en la Asamblea, demostrando más que centrismo independiente, una falta absoluta de norte ideológico. En ese sentido, algo tienen en común con sus nuevos y antiguos integrantes políticos: el fin es el poder. ¿Los medios para llegar? Los que sean.

Y es que la inconsistencia en ideales políticos y la absoluta falta de norte ideológico no son cosa menor. En política, predicen comportamientos impredecibles, restando la posibilidad de que la ciudadanía pueda saber qué esperar en cuanto a gobernabilidad o a respeto institucional, además de volver complicadísimo el exigir rendiciones de cuentas.

Los partidos mayoritarios existentes, específicamente ARENA, comparten cierta complicidad y responsabilidad por GANA y sus frutos electorales. Es difícil olvidar que ARENA fue la escuela que por años entrenó y solapó los abusos de poder de quienes ahora integran GANA. Los que ahora se enchalecan en tonos de homenaje al FOVIAL por décadas formaron las filas de ARENA, y no fueron expulsados o limitados de participar en la política partidista tricolor hasta que el escrutinio público así lo demandó. Para el FMLN, GANA ha sido un útil comodín legislativo, dada la conveniencia de su enorme apertura a negociar con quien sea, con tal de mantener el hueso de los puestos en la directiva de la Asamblea Legislativa.

«Para el FMLN, GANA ha sido un útil comodín legislativo,
dada la conveniencia de su enorme apertura a negociar
con quien sea, con tal de mantener el hueso de los puestos
en la directiva de la Asamblea Legislativa»

Ahora GANA es el refugio preferido para personajes cuyo récord en la política debería volverlos persona non-grata en cualquier contexto electoral. Will Salgado cuenta con un historial sexismo y misoginia pública que solo le da risa a quienes consideran a las mujeres merecedoras de trato deshumanizante. A Nayib Bukele se asocian numerosos ejemplos de juego sucio, del tipo que no debería tener lugar en la política si lo que buscamos son instituciones transparentes y sanas: desde típico nepotismo estilo Funes-Saca, hasta manipulación informativa y desinformación digital, además de campañas de acoso virtual contra sus críticos, falta de consistencia ideológica: “nunca me verán en las filas de GANA o ARENA”, así como ataques a la libertad de prensa y hostilidad al ejercicio libre del periodismo crítico.

Sin embargo, con esta inscripción las opciones se han simplificado significativamente para el elector indeciso: si una conclusión puede sacarse de los orígenes de GANA y de las figuras que representan este partido, es que con GANA perderíamos todos.

@crislopezg

Mi ingreso en la política, en mis propias palabras. De Carmen Aída Lazo

No esperen de mí ser una figura simbólica u ornamental, por el contrario, mi intención es asumir un papel proactivo y representativo de las aspiraciones de la ciudadanía.

Carmen Aida Lazo, economista y candidata a la vicepresidencia

30 julio 2018 / El Diario de Hoy

Mi vida dio un giro de 180 grados hace unos días, a partir de mi decisión de aceptar entrar a la política para postularme a la Vicepresidencia de la República en las próximas elecciones presidenciales.

La avalancha de comentarios, interpretaciones y preguntas en las redes sociales y en los medios, no se hizo esperar, y me parece normal, pues claramente soy un personaje nuevo: soy alguien sin pasado político, y eso no es común, por lo que es natural que la noticia despierte todo tipo de reacciones.

Es por ello que he decidido expresar mis motivos y hacerlo en mis propias palabras. Hay amigos que me dicen que no vale la pena escribir este tipo de artículos, pues muy pocas personas los leen. Me dicen que una campaña se basa en emociones, no en racionalidad. Creo que se equivocan; muchas personas en este país se toman el tiempo de analizar perfiles y propuestas, y a partir de ello forman su opinión. Yo deseo ir presentando mis posturas y propuestas en este tipo de formato, comenzando por este primer artículo del porqué de mi ingreso a la política.

Ingreso a la política no buscando popularidad, pero sí buscando incidencia, incidencia para hacer cambios que beneficien a la gran mayoría de salvadoreños. Entro porque estoy convencida de que es mucho lo que se puede hacer desde el poder Ejecutivo al cual aspiro llegar. Porque sé que hay un amplio margen para mejorar la calidad de las políticas públicas en beneficio de la población, y porque me siento capaz de aportar en ese ámbito desde mi experiencia y formación.

Entro a la política porque cuatro partidos políticos, a quienes todos criticamos, han mostrado apertura a un perfil como el mío, proveniente de la sociedad civil. Porque cuando a uno se le presenta la oportunidad de contribuir a la renovación de la política, uno en realidad tiene dos opciones: decir que no, y seguir en la comodidad de la crítica pasiva y la descalificación desde las redes sociales; o decir que sí, lanzarse, aceptar el reto y la oportunidad de hacer cambios desde dentro del sistema. Yo opté por lo segundo, claramente consciente del enorme sacrificio para mi familia que ello implica, y también de las críticas y ataques que esta decisión provocará.

«Ingreso a la política no buscando popularidad, pero sí
buscando incidencia, incidencia para hacer cambios que
beneficien a la gran mayoría de salvadoreños»

Agradezco a los partidos que han aceptado mi origen ciudadano y mis posiciones independientes. Sé que para ellos no ha sido fácil, y lo tomo como una muestra importante de madurez y apertura. Sé que los partidos aceptarán que siga siendo crítica de su actuar, como lo he venido siendo hasta ahora.

Ingreso a la política porque comparto la visión de Carlos Calleja de que el país necesita unirse para avanzar. Con Carlos somos buenos amigos desde hace algunos años y compartimos una visión de un país unido. Creo que eso se logra en la medida en que tendamos puentes entre diferentes sectores y visiones. Yo quiero ayudar a tender esos puentes, a reducir la polarización, a promover un debate basado en ideas, donde cada propuesta sea valorada en función de su propio mérito, y no sea juzgada en función de quién la presenta.

Entro a la política por mis alumnos, y por los jóvenes, para contribuir a contrarrestar su escepticismo en torno a la política; y porque me entusiasma mucho trabajar para que encuentren más oportunidades. Como profesora he tenido el privilegio de conocer cientos de jóvenes, de ver la diferencia que marca en sus vidas el acceso a educación de calidad. Yo misma he llegado hasta donde estoy por haber tenido acceso a oportunidades, y deseo que miles de jóvenes también las tengan.

Entro a la política por las niñas y mujeres de este país, porque para el empoderamiento de ellas es importante que vean a más mujeres aspirando y accediendo a posiciones de poder. Quiero además que ellas vean que podemos ejercer posiciones de liderazgo sin renunciar a nuestra esencia, siendo empáticas y adoptando una actitud de servicio, que es la que debe asumir cada funcionario público.

Sé que no saldré ilesa de mi ingreso a la política, pues los costos personales son altísimos; pero pueden estar seguros que ingresé para marcar la diferencia, con un auténtico interés por contribuir al desarrollo de nuestro país, compartiendo la visión de unidad y meritocracia de Carlos. No esperen de mí ser una figura simbólica u ornamental, por el contrario, mi intención es asumir un papel proactivo y representativo de las aspiraciones de la ciudadanía.

De mi parte, estoy lista para luchar.

Back to Nicaragua. De Julie L. Belcove

The documentary photographer Susan Meiselas, who gained fame for her gritty, empathetic war coverage in Nicaragua and El Salvador in the 1980s, returned to Managua to cover a march while installing her retrospective at the San Francisco Museum of Modern Art, above.CreditJason Henry for The New York Times

24 julio 2018 / THE NEW YORK TIMES

On a late spring day in New York, the acclaimed documentary photographer Susan Meiselas was in her basement studio on Mott Street preparing for a summer retrospective of her work at the San Francisco Museum of Modern Art.

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But with news of a percolating insurrection trickling out of Nicaragua, where she made her name in the 1970s with gritty, intimate images of the Sandinista Revolution, she was itching to get on a plane. “If I go, I know I will not be able to come back,” the 70-year-old Ms. Meiselas said. “I know I will be pulled into the current of history. It’s very hard for me now: do I pack my bag?” For 12 years, she added, “I never unpacked it except to do laundry.”

A few weeks after this interview, cameras in hand, she was back in Managua, as paramilitary groups closed in on student protesters occupying the National Autonomous University of Nicaragua (Unan). “I just decided I had to,” she said, by phone, after she returned.

From “Susan Meiselas: Mediations,” Sandinistas at the walls of the Esteli National Guard headquarters, “Molotov Man,” Esteli, Nicaragua, July 16, 1979.CreditSusan Meiselas/Magnum Photos

That unyielding dedication has enabled her to capture images like the famed “Molotov Man(1979), as it’s known, a Sandinista rebel (later identified as Pablo Araúz) about to hurl a Pepsi bottle-turned-homemade explosive, which became so symbolic of resistance that current protesters have resurrected it 40 years later. Her photographs of masked rebels and rotting corpses, including those of American nuns executed by Salvadoran soldiers, brought the political oppression and brutality of the Latin American conflicts in the 1970s and ’80s to viewers worldwide. When she returned last month, she found a country in chaos, where friends, including one-time Sandinistas, have turned against President Daniel Ortega and his wife, Vice President Rosario Murillo, whom they see as having shed democratic reforms, reverting to an authoritarian regime.

Ms. Meiselas made photographs as a group heading for Unan was attacked on the road by unidentified, armed men after a major march. Protesters, she said, wielded homemade mortars that created smoky diversions. Their attackers fired live ammunition. “It was a very eerie past, present and imagined-future journey,” she recalled.

But Magnum, which has represented Ms. Meiselas since 1976, was unable to place these latest images of Central American violence. “The media is distracted,” she lamented. “We have Trump and Putin. We have World Cup soccer.”

The SFMoMA retrospective, through Oct. 21, also demonstrates how much more Ms. Meiselas’s oeuvre encompasses: Projects on domestic violence, and women working in a Moroccan spice market — whom she offered to compensate with money or their portrait in exchange for a sitting — also define her humanistic approach.

Portrait of Susan Meiselas in Monimbo, Nicaragua, Sept. 1978, by Alain Dejean.CreditAlain Dejean/Sygma

“It’s astonishing how rich a narrative Susan knits around her work,” Corey Keller, the museum’s curator of photography, said. “She facilitates the voices of people who might not otherwise have their stories told.”

As Ms. Meiselas observed, “Listening is a big part of my work.” She added, “Street photography is hit and run — grab it and move on. It’s very focused on the object of the photograph and not the relationship. I’m not comfortable doing that.”

That empathy was palpable in her earliest work, “44 Irving St” (1971), depicting her fellow boardinghouse residents in their rooms, along with texts they wrote about their lives there. Ms. Meiselas made the piece for the only photography class she ever took, as a graduate student at Harvard. After moving to Mott Street in 1974, when it was solidly part of Little Italy, she began to shoot middle-school girls hanging out on the corner. She continued to photograph them on and off for years. It was “an unintended project,” she said. “I just kept bumping into them and found them so fascinating as they were shifting in age and sense of self.”

Revisiting past subjects is a key difference between Ms. Meiselas and other documentary photographers. “I’ve never met another photographer who goes back again and again to see how the story plays out over time,” Ms. Keller said.

Susan Meiselas, “Roseann on the way to Manhattan Beach, New York, 1978,” from the series “Prince Street Girls,” 1975-90.CreditSusan Meiselas/Magnum Photos

It’s impossible not to view the parochial-school girls — wearing tube tops, smoking, gawping at a friend applying lipstick — as an offshoot of the raw “Carnival Strippers,” Ms. Meiselas’s breakthrough project, for which she followed a traveling striptease show through New England.

“It’s that difference between working with women who were doing something that was unimaginable to me at the time, then seeing these girls,” she said. “This wonderful age, the 10- to 12-year-old age — they’re so spirited and defiant and full of confidence, which sadly gets eroded in the next chapter because sexuality opens up other issues very often.”

Ms. Meiselas’s girlhood, in Queens and Long Island, was defined by sports. She played field hockey, volleyball and basketball and was a long-distance runner. The theme of women moving into traditionally male environments, including professional sports and the army, has cropped up in her work over the years.

While earning her masters in visual education at Harvard, she worked on Frederick Wiseman’s 1971 anti-Vietnam War documentary “Basic Training.Later, she frequently collaborated with her husband, Richard P. Rogers, on films like “Pictures From a Revolution (1991),” which brought them back to Nicaragua to explore the legacy of the revolution and the ways her images were appropriated for Sandinista propaganda. (He died in 2001.)

Susan Meiselas, “Lena on the Bally Box, Essex Junction, Vermont, 1973,” from the series “Carnival Strippers,” 1972-75, at the San Francisco Museum of Modern Art.CreditSusan Meiselas/Magnum Photos

When the couple moved to Mott Street she taught underserved kids in the Bronx and used her summers off to make “Carnival Strippers.” After compiling a book, she caught the attention of Magnum and finally envisioned a full-time photography career.

Her coverage from Nicaragua and El Salvador landed prominent placement in The New York Times Magazine, Time and elsewhere, but her mind was always more on history than news. “Artist, photojournalist, visual historian — I don’t think it’s useful vocabulary,” she said.

Her piece “Mediations” (1978-82), which lends the retrospective its name, explores with curiosity how the global media and the art world — as well as the political sphere — digested her war photography. In 2004, 25 years after “Molotov Man,” she returned to Nicaragua and hung murals of her photographs where she had shot them, such as the hill that was an execution site, where she made “Cuesta del Plomo,” an image of half a corpse.

“She wasn’t interested in just showcasing her greatest hits,” says Kristen Lubben, an adjunct curator at the International Center of Photography, who has organized several shows with Ms. Meiselas. “She was trying to make it a more transparent system of how photographs circulate and the meaning behind that.”

Susan Meiselas, “SOS Nicaragua: The bullets …,” taken on the photographer’s recent trip to Managua, June 30, 2018.CreditSusan Meiselas/Magnum Photos

By incorporating text, sound and augmented reality — the latest edition of her book “Nicaragua” enables readers to hold their smartphones over pages to watch film clips of her subjects speaking — Ms. Meiselas is attempting to “push against the constraint” of photography’s inherent limitations, said Ms. Lubben, who is also executive director of the Magnum Foundation, where Ms. Meiselas serves as president.

Following her decade in Latin America, which earned her a prestigious MacArthur “genius” grant, the aftermath of the Gulf War led her to shoot the mass graves from the Kurdish genocide, but then, as she listened to survivors’ stories, she began to rephotograph their own family pictures, making a sort of collective album of the persecuted ethnic group. Using archival material, viewed as radical at the time, has since become commonplace among contemporary artists, Ms. Lubben said.

Since returning from Nicaragua, Ms. Meiselas has produced a postcard featuring a diptych of “Molotov Man and a found work, by an uncredited photographer, of a protester in a similar stance, preparing to throw what appears to be a mortar round, to hand out to museum visitors in San Francisco. On the other side is a new image by Ms. Meiselas: a young man, a scarf wrapped around his face to hide his identity, scrawls graffiti on a wall. “SOS,” it reads in black, as he writes, in red, “Las balas,” the bullets.

“It’s strange putting up something so historical and have it be so relevant today,” the photographer said. “We’re always living history, except we think of it as daily life.”

Susan Meiselas: Mediations
Through Oct. 21,
San Francisco Museum of Modern Art

Carta abierta al Sr. presidente de la República. De Rubén Zamora

Con mucha tristeza y preocupación he leído sus declaraciones en La Habana sobre la situación que el pueblo hermano de Nicaragua está pasando y en las que expresa su apoyo a Daniel Ortega y su régimen.

28 julio 2018 / La Prensa Gráfica

Sr. Presidente Sánchez Cerén:

Me he sentido muy defraudado, pues por décadas, antes y durante la guerra, la defensa de los derechos humanos fue una de nuestras tareas principales; cuando las fuerzas armadas y la policía los violaban sistemáticamente, supimos levantar nuestra voz y luchar por su respeto; en aquel momento a muchos de nuestros compañeros y amigos esto les costó cárcel, torturas e incluso la misma vida, pero siempre creímos que luchar por el respeto a la voluntad del pueblo y a su integridad valía la pena el sacrificio; escucharlo ahora defendiendo al régimen de Ortega que día a día y en forma creciente está pisoteando por lo que durante tantos años luchamos me entristece, sobre todo cuando lo escucho de su boca como presidente de la República. Sepa, señor presidente, que, al declarar su apoyo incondicional a Ortega, Ud. no está hablando por la mayoría del pueblo salvadoreño, sino para mantener intereses materiales y políticos mezquinos de un grupo que depende de que Ortega siga en el poder.

No puedo entender su posición cuando para todo el mundo está claro que Ortega y Murillo se aferran al poder frente a un pueblo que les está pidiendo se vayan; hablan de paz, pero es claro que sus acciones buscan no un acuerdo político, sino que los salve el cansancio de los ciudadanos y que se rindan para lograr la paz de los muertos. Ud., por su propia experiencia, sabe que el pueblo, cuando se rebela, es muy difícil calmarlo con palabras y mucho menos cuando, semana tras semana, el número de asesinados por la policía y las bandas paramilitares Orteguistas lo masacran: esta es la experiencia que Ud., junto con miles de salvadoreños, vivimos y que nos permitió unos Acuerdos de Paz dignos, tuvimos confianza y lo logramos; la esperanza en la paz de los cementerios lo único que logra es aumentar la responsabilidad criminal de los gobernantes.

Es muy difícil aceptar, Sr. presidente, que por un lado Ud. se declara en favor de Ortega y al mismo tiempo, su embajador ante la OEA se abstiene de votar a favor o en contra de una resolución censurando a Ortega,… ¿es falta de coordinación entre San Salvador y Washington?, ¿o fue simplemente evitar ser el tercer voto en contra de una resolución aprobada por 21 países aunque esto hubiera sido coherente con lo que Ud. dijo en La Habana?

Es muy difícil aceptar, Sr. presidente, que, en medio de esta crisis, no se dimensione su impacto a nuestra región, especialmente, cuando todos los gobiernos de la región votaron a favor de la condena y solo nosotros nos abstuvimos. La crisis en Nicaragua está afectando seriamente a todos los países hermanos y no es con apoyos internacionales a Ortega que se resolverá, al contrario, esos apoyos, lo único que consiguen es hacer a su gobierno cómplice de los abusos que Ortega e impedir que nuestro país pudiera jugar un papel positivo en la solución del conflicto. Lo que en Nicaragua se necesita es una salida política a una situación en la que el gobierno ha perdido el control de la mayor parte de su territorio y que solo puede parcialmente recobrarlo a base de sangre y fuego, y que, al no contar con sus fuerzas armadas, que se han retirado del conflicto argumentando que su deber es proteger a la población y no reprimirla, recurre al paramilitarismo, que es internacionalmente condenado por ilegal y bárbaro.

Finalmente, Sr. presidente, estamos frente a un proceso electoral interno, que la situación de su partido no es la más fácil, después de la derrota de hace unos meses y ante un elección que se avecina; si alguien debería levantar su voz es el candidato a la presidencia, pero está claro que después de las desafortunadas declaraciones, primero del secretario general del partido en el gobierno y ahora de sus declaraciones, lo único que le queda al candidato es o desautorizarlo o callar y estas son opciones no ganadoras para ningún candidato. Lo que muchos nos preguntamos es si la posición que Ud. y el secretario del partido han adoptado, se produce por adherirse a una solidaridad con quien fue su aliado en la lucha por la democracia, la cual me parece mal entendida, pues esta nunca puede ser excusa para encubrir crímenes como el que los Ortega Murillo están cometiendo contra su pueblo ni puede anteponerse a principios tan fundamentales como el respeto a los Derechos Humanos o si lo es por mantener arreglos previos con los Ortega.

Créame, Sr. presidente, he pensado mucho antes de escribir estas letras y párrafo tras párrafo me ha costado mucho lograrlo, por el respeto que le tengo y la consideración que Ud. siempre me ha otorgado; sin embargo, está la conciencia del deber de luchar, como lo hicimos por muchos años, por el respeto a la vida humana.