Asusta el discurso de líderes del partido que acusan a países extranjeros amigos que nos ayudan, de injerencia en nuestra soberanía, de alinearse con la derecha y la oligarquía para obstaculizar al FMLN.
Rafael Castellanos, 18 octubre 2016 / LPG
En la corta vida de nuestra democracia en construcción, pocas veces nos hemos encontrado con tanta incertidumbre en temas críticos, la situación fiscal nunca desde la guerra ha estado tan deteriorada, al borde del impago, al encontrar cero flexibilidad del gobierno en temas que el FMI y otras multilaterales han venido señalando, se nos baja nuevamente la categoría de riesgo, lo que implica alza en las tasas de interés de la deuda actual, sube al disminuir el precio de los bonos de El Salvador en el mercado. El dinero que el gobierno necesita, si es que consigue los votos para un crédito multimillonario que permita pagar la deuda, la colocación de nuevas emisiones de bonos no solo serían a tasas muy altas, habrá poco apetito de los inversionistas por comprar bonos de un país con esa conducta crediticia que es lo peor recibido por los mercados.
Se sabe que el FMLN dialoga con ARENA para conseguir los votos, con una perspectiva que no progresa, ARENA condiciona sus votos a un pacto fiscal con el FMI o con ellos como testigos o garantes, en que las medidas mínimas son las normales, recortes en el gasto, presupuesto balanceado y con detalles claros que no ha habido mucho en el pasado reciente de los gastos a futuro y de muchos de los pasados en que se dice se han desviado fondos usándolos en partidas que no corresponden a lo aprobado. Pide austeridad y abandonar la idea de la confiscación de los fondos de pensiones de los particulares que cotizan en las AFP. Lo mismo y más sugiere el FMI que aparentemente envía una misión completa a tratar de ayudar a arreglar la grave situación en estos días.
Asusta el discurso de líderes del partido que acusan a países extranjeros amigos que nos ayudan, de injerencia en nuestra soberanía, de alinearse con la derecha y la oligarquía para obstaculizar al FMLN, atacan a embajadores de naciones amigas que ayudan, por supuesto culpan a ARENA de tener al pueblo sin dinero porque no dan sus votos en la Asamblea a esos créditos, e insisten en la medida expropiatoria de las cotizaciones privadas de pensiones.
Como si no fueran gobierno, sacan a su gente a la calle en manifestaciones para “defender lo conquistado” y estar vigilantes ante movimientos desestabilizadores, incluso a declarar que constitucionalmente el pueblo tiene derecho a la insurrección, refiriéndose a la Sala de lo Constitucional y que acompañarían al pueblo tan lejos como ellos quieren llegar, esto es serio, es de lo más delicado que hemos escuchado. Aunque el FMLN ha dejado claro en sus documentos que quiere perpetuarse en el poder, cosa que la mayoría de los salvadoreños no queremos, esperamos que estas declaraciones sean simplemente manifestaciones de confrontación verbal y no algo con arraigo profundo que ponga en peligro la democracia del país.
Las buenas noticias son que aunque que la situación financiera se delicada y muy seria puede arreglarse, tiene solución si bien no de un solo golpe, tomando diferentes medidas en unos cuantos años estaríamos bien.
Lo primero es hacer bien el presupuesto basado en el PIB real para no distorsionarlo, se ha manejado un PIB entre 2% y 2.3% y lo más probable es que esté cerca del 1.5%, por los números actuales y ya estamos cerca de fin de año, con esta medida simple se puede ajustar el presupuesto en ingresos y egresos de una manera realista. Ya han comenzado a bajarse algunos subsidios, como el de electricidad, podría bajarse más aún como ejemplo a niveles del de Nicaragua, el subsidio del agua bajarle un par de gradas y aún más el subsidio del gas propano, estas medidas tendrían efectos muy impactantes, pero como medidas que levanten la moral y que den buen ejemplo para todos apretarnos el cincho, deberían eliminarse por un periodo de cinco años los gastos superfluos del Ejecutivo, la Asamblea Legislativa, la Corte Suprema, y varias autónomas que abusan y para apretar donde duele transparentar y disminuir al mínimo necesario el número de asesores en la Asamblea Legislativa y progresivamente un número significativo de los empleados públicos del batallón “cobra” y que de acuerdo con estudios de reingeniería estatal ocupen puestos que no ameriten su existencia.
Con estas pocas medidas y los compromisos de presentar presupuestos y proyectos con explicaciones adecuadas podrían obtenerse los votos para este primer tramo de 1,200 millones y empezar a enderezar la situación.