OEA

Los documentos oficiales de la OEA sobre su participación en el proceso de reducción de violencia y la tregua

El siguiente documento formaliza el acuerdo entre el gobierno de El Salvador y la Organización de Estados Americanos OEA sobre el monitoreo que est organismo multinacional ejercería sobre el proceso de reducción de violencia en El Salvador. Fue firmado en abril 2013, en Washington DC, en el despatcho del Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza.

Anteriormente, en diciembre 2012, el presidente Mauricio Funes, en carta al Secretario General Insulza había nombrado al ministro de Justicia y Seguridad David Munguía Payés como contraparte del gobierno salvadoreño en esta cooperación con la OEA.

carta Funes a InsulzaEste acuerdo general desembocó en un acuerdo más detallado y tecnico:

Para operativizar la cooperación del gobierno salvadoreño y de la OEA con el proceso de reducción de la viooencia y la labor de los mediadores, se constituyó , en común acuerdo entre gobierno y OEA, un Comité Técnico, en el participaba por la OEA su Secretario de Seguridad Multidimensional Adam Blackwell, por el gobierno salvadoreño el ministro Munguía Payés, los dos mediadores monseñor Fabio Colindres y Raul Mijango, y como representantes de la Fundación Humanitaria Antonio Cabrales y Paolo Luers.

 

Controversia entre Nicolás Maduro y Luis Almagro, el secretario general de la OEA

Maduro calificó de «basura de la OEA» a Almagro por los dichos sobre Venezuela

El secretario general del organismo había afirmado que el asesinato del político opositor fue «una herida de muerte a la democracia».

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, y Luis Almagro, secretario general de la OEA.

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, y Luis Almagro, secretario general de la OEA.

 

26 noviembre 2015 / EL OBSERVADOR (Uruguay)

Screen Shot 2015-11-29 at 2.40.05 AMEl presidente venezolano, Nicolás Maduro, tildó este jueves de «basura» al secretario general de la OEA, Luis Almagro, luego de que este afirmara que el asesinato de un político opositor en un mitin electoral constituye «una herida de muerte a la democracia».

«Todavía no se cumplen 12 horas del avance de la investigación y ya sale la basura de Luis Almagro a declarar contra Venezuela, contra el pueblo y contra la revolución bolivariana», dijo el mandatario socialista en un acto público.

«Espero una rectificación de usted, señor basura, porque se ha metido con nuestra patria (…). Señor basura, con el perdón de la basura», añadió Maduro en un encendido discurso ante cientos de seguidores en la ciudad de Portuguesa (oeste de Venezuela).

Luis Manuel Díaz, secretario de Acción Democrática en Altagracia de Orituco, localidad del estado Guárico (centro), fue baleado la noche del miércoles en una tarima donde hacía campaña para las elecciones legislativas del 6 de diciembre junto con Lilian Tintori, esposa del dirigente preso Leopoldo López.

Maduro aseguró que el crimen de Díaz, quien no era candidato, apunta a un presunto «ajuste de cuentas entre grupos rivales», según las investigaciones preliminares.

Este jueves, el jefe de la Organización de Estados Americanos (OEA) señaló en una nota oficial que dicho homicidio «no es un episodio aislado, sino que se da conjuntamente con otros ataques realizados contra otros dirigentes políticos de la oposición en una estrategia que procura amedrentar a la oposición».

«El asesinato de un dirigente político es una herida de muerte a la democracia», sostuvo Almagro, quien no logró que la autoridad electoral venezolana aprobara una misión de acompañamiento de la OEA a los comicios parlamentarios, como aspiraba la oposición.

En su comunicado, Almagro sostuvo que para que los venezolanos puedan votar tranquilamente es necesario evitar «los discursos cargados de amenazas, de pronósticos oscuros y a desarmar a cualquier grupo civil armado, especialmente aquellos que dependen del gobierno o del partido de gobierno».

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LA RESPUESTA DE LUIS ALMAGRO

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Carta abierta del Secretario General de la OEA
sobre clima pre-electoral

 28 de noviembre de 2015 / OEA

Hoy, a una semana del acto electoral del 6D vuelvo a hacer un pedido en favor de la paz y de poner fin a la violencia en Venezuela. Los insultos y la impunidad, venga esta de donde venga, no pueden ser la respuesta a un clamor nacional e internacional de igualdad de derechos y justicia electoral.

No es ser basura, Señor Presidente Nicolas Maduro condenar el asesinato de un político y hacer un llamado a detener ya la violencia en curso en el país, o decir que »la muerte violenta de toda persona es un hecho execrable que nuestra conciencia no puede admitir. El asesinato de un militante político, además, nos deja a todos más vulnerables, señala que somos todos víctimas reales, no solamente potenciales». Basura sería sostener lo contrario.

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Igualmente, no es ser basura decir que “el asesinato de un dirigente político es una herida de muerte a la democracia, y una sucesión de hechos de violencia política en un proceso electoral es la muerte de mucha democracia”.

Tampoco lo es, hacer referencia “a otros ataques realizados contra otros dirigentes políticos en una estrategia que procura amedrentar a la oposición” y que «en realidad, el temor llega a la sociedad entera y estremece a toda la comunidad internacional».

Inseguridad y Miedo no pueden dominar campaña

Y si no le consta, Señor Presidente de todos los venezolanos, el miedo y la inseguridad de la oposición, entonces debería escucharlos para que se lo digan directamente.

Pido solamente que cada militante y cada estudiante -de la filiación política que sea- puedan salir a expresarse en paz política y socialmente, y pueda estar seguro de volver tranquilo a su casa; que cada político, desde el mejor al peor, sean protegidos, estén a salvo de cualquier atentado por el motivo que sea. Ser basura sería pedir y querer lo contrario.

No es ser basura, pedir «al Gobierno actuar ya”, pedir “el cese de toda violencia; pedir “transformar la contienda electoral en una fiesta y no en un ejercicio de fuerza, violencia y miedo”; pedir “las garantías más absolutas para todos». Serlo sería no reclamar esos derechos.

Desarmar grupos civiles armados, un imperativo cívico

No es ser basura pedir “restablecer el clima de paz y el respeto a las leyes inmediatamente”, ni querer ponerle fin a «los discursos cargados de amenazas, de pronósticos oscuros y a desarmar a cualquier grupo civil armado, especialmente aquellos que dependen del Gobierno o del partido de Gobierno». Y mi petición se refiere especialmente a estos últimos, porque supongo y espero que tenga influencia y poder sobre ellos, señor Presidente. En cualquier caso, al país le haría bien despojar a la política de las armas y de la delincuencia.

No es ser basura señalar que «no debe haber un muerto más, no debe haber una amenaza más”, que es “hora de ponerle fin al miedo”, que «cada muerto en Venezuela duele hoy en todas las Américas».

Serlo sería ser indulgente con la muerte violenta, con las amenazas, con las razones del miedo; ser basura sería que no dolieran los muertos de Venezuela. Cada muerte nos debe doler, se llame Eleazar Hernández o Pablo Sussoni, Génesis Arguisone o casos del pasado como el de Robert Serra y su pareja, o Eliezer Otaiza, o el más reciente, Luis Manuel Díaz, que murió en un acto de campaña.

Que los principios no nos separen

Y sobre el caso de Luis Manuel Díaz es urgente– por la naturaleza de crimen político–una investigación del asesinato, y que esa investigación aporte conclusiones irrefutables, igual que es necesario investigar y resolver los casos pendientes de los 43 asesinados en las manifestaciones del pasado u otros casos todavía no resueltos. Eso brindaría seguridad.

Espero que estos principios, señor Presidente, no nos separen y me pongan a mí de un lado y a Usted del otro. Y esta respuesta de hoy, no la hago para ponerme a salvo de los intentos de insultarme, pero prefiero escuchar argumentos.

Me importa la felicidad y la paz de su pueblo. Y deseo, además, que el Pueblo venezolano alcance su felicidad durante su mandato, porque la felicidad de los pueblos “no admite la menor demora”, como tampoco sus causas, en el sentido original de la frase del General José Gervasio Artigas.

Luis Almagro,
Secretario General de la OEA