Bessy Rios

El canto de los niños del Presidente. De Bessy Ríos

Bessy Ríos, abogada, blogger, tuitera

Bessy Ríos, abogada, blogger, tuitera

Bessy Ríos, 13 enero 2016 / EL FARO

Los cantos con voces de los niños y niñas siempre te generan alegría, tranquilidad y esperanza, por eso no me extraña que en el spot de fin de año y Navidad del gobierno volvieran a salir las melodiosas voces e imágenes de la niñez.

Pero la realidad en cuánto al tema de seguridad sigue siendo la misma, las voces de estos niños solo opacan el llanto de los otros niños que se han quedado huérfanos, porque la violencia les arrebató a su padre, madre o ambos… También es silenciada por los sollozos de los niños que son abusados física, emocional y sexualmente, y también están los otros llantos de los niños de lujosa vecindad que está Navidad no recibieron lo que pidieron.

De todo hay en la viña del Señor… De todo. Lo que no se vale es que a seis, casi siete, años en el poder, el FMLN no logre controlar los alarmantes números, no sólo del muertómetro, sino de los niveles de delincuencia, sino que las zonas en donde asaltan sean las mismas desde hace años y nunca ponen un policía en el lugar, que el director de la PNC salga y nos cuente las zonas de punto de asalto y nos diga que generalmente roban al distraído –la maldita maña de culpar a la víctima– que trae vidrios a bajo o sus cosas de valor a la vista… vaaáh.. ¿Hoy resulta? yo tengo la culpa de que me roben y no la policía que se mantiene con nuestros impuestos, que saben los puntos de asalto de memoria –son los mismos desde hace años– y que nunca ponen un agente en ese lugar…

Es que los niveles de desesperación son reales y no meras percepciones, ya lo he dicho antes, los medios también ayudan a difundir miedo, pero cuando vas en tu vehículo y ves cómo asaltan al de enfrente y no puedes hacer nada para ayudar y en la radio vas escuchando el discurso de «vamos bien», lo último que podés creer por más coro de los niños cantores de Viena te pongan es que las palabras del profesor Sánchez Céren sean ciertas, no porque no tenga credibilidad, pero la realidad te golpea en el rostro, la sobrina de la persona que te ayuda en las labores del hogar fue abordada por el «palabrero» de su zona que le pidió ser novios, ella dijo no y al día siguiente matan a su padre y hermano… Un compañero de colegio de tu hijo, en un intento de asalto, recibe dos disparos y queda parapléjico, tu catedrático universitario es asesinado…

Todas estas no son percepciones ni inventos de los medios, todo esto sucede a diario, lo publiquen o no los medios. La gente vive con zozobra… Ya hace casi un año lo invité, señor presidente, a ir a Soyapango, a la San José, y lejos de ir o de intervenir por mejorar la situación, las cosas se ha puesto peor… ¿Ud cree que yo puedo creerle que vamos bien? Y eso que yo voté por usted.

No creás que haciendo “matancingas”, como las que hacen ciertos agentes de la PNC con la venia de algunos mandos medios, sea la solución. Y no es que caiga en pesar porque se muera un pandillero, tengo claro que el día que lo tenga enfrente no dudará en arrebatarme la vida y poco o nada le importará dejar cuatro niños huérfanos… Pero también sé que a mayores niveles de reprensión –exterminio– más odio agarran, prueba de ello es que ahora los parientes de los policías son objetivos claros de estos grupos, además de que mientras no hagan una depuración en la PNC de agentes vinculados a las marcas y al narcotráfico, difícilmente saldremos de este arena movediza, cada vez que pataleamos nos hundimos más… Claro, al fondo se oyen las voces de los niños cantando o llorando…

Renuevo mis esperanzas, año nuevo, nuevos sueños… Pero tampoco pierdo la perspectiva. En el tema de la delincuencia, señor Presidente, tiene casi siete años en que las maras, con el debido respeto, “les tocan las nalgas” –como se dice popularmente– y los brillos que los bravos guerrilleros que controlaron territorios y que hacían temblar al ejército se ha ido desvaneciendo, ya bien porque ni son bravos, ni gallardos, ni les tienen miedo… Empiezo a creer a todos aquello que cuando ganó Funes me dijeron: «Los guerrilleros de verdad se cuentan en los dedos de las manos, en el FMLN los de mera cepa son poquitos, solo han quedado los que una vez detuvieron y los soltaron y se tiraron toda la guerra desde Nicaragua o pasaron estudiando para regresar a gobernar…»

Nuevamente, lo invito señor Presidente a que vaya a Soyapango, a la San José, a los Conacastes, a Bosques del Ríos, a Monte Blanco, a la Coruña, al Limón, a Montes… Intervenga la zona, no se vale que la clase trabajadora viva en esas condiciones infrahumanas, aterrorizada… ¡Quién dijo miedo!

2016… Con cantos de niños en spot de la Presidencia, con llantos de los huérfanos, con gritos de los que sufren y con pataletas de los que todo tienen y nada les importa.