Azam Ahmed, 28 enero 2016 / THE NEW YORK TIMES
SAN SALVADOR — ¿Cuándo, en la historia de la humanidad, una epidemia se ha vuelto tan alarmante que un país ha sentido la necesidad de pedirle a su gente que no tenga hijos durante dos años?
Eso es precisamente lo que El Salvador está haciendo para luchar contra un virus transmitido por un mosquito y vinculado con el daño cerebral infantil; le aconseja a todas las mujeres del país que no se queden embarazadas hasta el 2018: para muchos aquí, se trata de un recurso de última hora que solo ilustra la desesperación del gobierno.
Vanessa Iraheta, de 30 años, espera su segundo hijo. Está embarazada de siete meses. “No depende del gobierno; depende de Dios. No creo que los jóvenes dejen de tener hijos”.
La nota en el original:
El Salvador’s Advice on Zika Virus: Don’t Have Babies
El virus, conocido como Zika, ha sacudido Latinoamérica y el Caribe, particularmente Brasil, donde más de un millón de personas ya se han contagiado y cerca de 4000 niños han nacido con microcefalia, una enfermedad que provoca que los bebés tengan cabezas inusualmente pequeñas.
Otros países de la región han emitido alertas similares a la de El Salvador; las autoridades colombianas y ecuatorianas también han pedido a las mujeres que posterguen sus planes para quedarse embarazadas al menos unos meses, hasta que los peligros del virus se entiendan mejor.
Es probable que el virus de Zika, originado por un mosquito y vinculado al daño cerebral infantil en Brasil, se extienda por la mayoría de los países del continente americano según anunció la Organización Mundial de la Salud el lunes.
Pero que El Salvador haya aconsejado dejar de tener niños durante dos años es algo que le ha parecido especialmente radical a muchos expertos que se preguntan ahora sobre otros casos en los que un país haya intentado detener su índice de natalidad para enfrentarse a una epidemia.
“Puedo decirles que jamás he leído, escuchado o encontrado una petición pública como esa”, dijo David Bloom, profesor de economía y demografía en la Harvard School of Public Health.
Según algunos analistas, si el consejo de El Salvador suena a grito de ayuda, es porque lo es.
“Qué inútil es decir algo así”, dijo el Dr. Ernesto Selva Sutter, un destacado experto en salud pública en El Salvador. “¿Van a dejar de tener sexo?”
Este pequeño país ya sufre de una epidemia de violencia generada por las pandillas, responsables de que miles de jóvenes abandonen el país rumbo al norte cada año y de que el gobierno se sienta continuamente bajo presión. El Salvador ya se ha ganado el nada envidiable título de ser el país más violento del hemisferio occidental.
Y ahora el virus de Zika irrumpe en la realidad. Tras diagnosticarse 5000 casos en un país de seis millones de habitantes (más de 1500 solo el mes pasado), el gobierno ha estado buscado soluciones. Ha enviado equipos de fumigadores y potabilizado las redes de conducción de agua para combatir al mosquito Aedes, que también propaga enfermedades como el dengue, la fiebre amarilla o el chikungunya.
Un líder vecinal dijo que la clínica de salud pública de su colonia cerró hace tres meses debido a las amenazas de las pandillas, uno de los factores que, según los expertos, hace más difícil tratar y combatir el virus.
El viceministro de salud de El Salvador, el Dr. Eduardo Espinoza, dijo que la recomendación de dejar de tener hijos no es la primera opción del gobierno para enfrentarse a la epidemia. La considera, más bien, una estrategia “secundaria” derivada del “hecho de que estos mosquitos existen y transmiten esa enfermedad”.
“Nos sentimos obligados a hacer esta recomendación a las parejas que intentan embarazarse”, agregó.
La Organización Mundial de la Salud dijo que no recomendaría suspender los embarazos durante dos años.
“Hay muchas preguntas a las que responder antes de emitir esa recomendación”, comentó el Dr. Marcos Espinal, director de enfermedades contagiosas de la Organización Panamericana de la Salud.
Una de las más importantes, dijo, es saber si el país ya ha alcanzado el punto máximo de la epidemia. “Se tiene que evaluar el riesgo de emitir una recomendación así para saber cómo impactará la tasa de natalidad del país”, enfatizó.
Otros expertos dijeron que el zika ha situado a países como El Salvador a una situación ante la que no sabe cómo actuar.
Howard Markel, profesor de historia de la medicina en la Universidad de Michigan, dijo “nunca he visto o leído que ninguna instancia gubernamental advierta a sus ciudadanos que no se embaracen”.
Markel se refirió a otros consejos médicos relacionados con el embarazo: se advierte a las mujeres que se alejen de cualquier personas con rubeola, por ejemplo, porque puede ser la causa de defectos de nacimiento devastadores, entre ellos la microcefalia.
También explicó que cuando comenzó a extenderse el VIH “había un debate silencioso acerca de si era moralmente ético que un doctor le aconsejara a una mujer no embarazarse debido al riesgo en el que pondría a su hijo”. Aún no existía tratamiento y con frecuencia las madres transmitían el virus a sus bebés. “Pero nadie dijo: ‘Está prohibido; no lo hagan’”.
La recomendación gubernamental de posponer los embarazos es una cuestión delicada en este país, conservador y religioso. Requeriría el uso extendido de anticonceptivos, algo complicado en un lugar donde más del 50 por ciento de los ciudadanos son católicos.
Espinoza, el viceministro de salud, dijo que el gobierno no ha debatido específicamente sobre la petición de que las mujeres se abstengan de tener hijos. Sin embargo, le ha pedido a varios líderes religiosos que convenzan a sus fieles para que limpien el agua estancada y recojan la basura, usen repelente y tomen medidas preventivas.
“Aunque los líderes religiosos puedan ayudarnos a combatir estos mosquitos, aún nos sentimos obligados a emitir esta recomendación a las parejas”, dijo Espinoza, refiriéndose al consejo de evitar los embarazos.
Al igual que el gobierno, tampoco parece que la Iglesia Católica en El Salvador esté preparada para un conflicto sobre este tema. El arzobispo todavía no ha dado su opinión. Muchos esperaban que aludiera al tema este fin de semana, pero no pudo oficiar la misa del domingo porque estuvo enfermo. El arzobispo auxiliar, Gregorio Rosa Chávez, anunció que se celebraría una reunión de arzobispos la semana que viene que podría ofrecer algunas respuestas.
“En efecto, este es un tema nuevo y debe considerarse con calma”, dijo en una entrevista. “Creo que la iglesia se tomará esto muy en serio. Yo solo esperaría un poco”.
Esperar no parece ser un problema para algunas mujeres. A diferencia del índice de natalidad en muchos países en desarrollo, el de El Salvador ya es bajo, y el miedo de que el zika infecte a un niño ya ha sido citado como la tercera o cuarta razón por la que muchas mujeres no deseaban un embarazo.
La primera razón, dicen, es la violencia. Las pandillas operan con impunidad, y la guerra entre ellas y contra la policía ha causado niveles de homicidios que no se conocían desde la guerra civil del país, que terminó en 1992.
Las mujeres también mencionan problemas como la mala situación económica, una tasa de desempleo y subempleo muy alta o que más de un tercio de la población vive por debajo de la línea de la pobreza.
“No es por esta enfermedad”, dijo Sara Galdámez, de 21 años, acompañada por su hija de 3 años y su esposo. “Honestamente, es una cuestión económica y de inseguridad”.
A pesar de la influencia de la iglesia, los anticonceptivos no parecen estar estigmatizados en El Salvador. Datos del gobierno estadounidense sugieren que su uso es similar al de los Estados Unidos.
“Las personas van a estar juntas sin importar ninguna enfermedad”, dijo Daniella Hernández, de 17 años, al lado de su novio. “Pero hay otras formas de evitar los embarazos”.
Otros señalan teorías de la conspiración. Verónica Velásquez sugirió que la recomendación del gobierno para que la gente no tenga hijos es, en realidad, un intento para detener el crecimiento de la población. El Salvador ya está tan poblado que sus gobernantes podrían tratar de disminuir el número de habitantes, argumentó Velásquez.
“Este gobierno no quiere a nadie más”, dijo con una carcajada. “¡Ya no cabemos!”
El gobierno ha hecho todo lo posible por advertir sobre el virus, su impacto potencial y cómo evitarlo. Pero cuando se han pedido explicaciones sobre las consecuencias que tendría el hecho de que ningún niño naciera en el país en los próximos dos años, el viceministro de salud reconoció que no sería el peor escenario.
“El Salvador es el país con más densidad demográfica en todo el continente”, dijo durante una conferencia de prensa. “No estaría tan mal que hubiese una disminución en los nacimientos”.